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Demasiado misterio alrededor del asesinato de un vigilador

Su hermano, subcomisario, lo encontró en un departamento de pasillo que la víctima utilizaba para citas con mujeres. Familiares mencionaron la desaparición de su celular y apuntaron un nombre como pista

Daniel Gustavo Torres tenía 36 años y era vigilador privado, profesión que compartía con su padre. Su madre no supo nada de él este lunes y se preocupó: es que tampoco había ido a trabajar, según le avisaron, y nunca había dejado de cumplir. La mujer le pidió a otro hijo, que es subcomisario, que se acercara hasta un departamento de pasillo de Cochabamba al 100 bis, en el corazón de barrio República de la Sexta. Cuando entró, alrededor de las 19, se encontró ante el peor escenario: la casa revuelta y Torres asesinado a puñaladas.

El hermano de la víctima, un subcomisario, caminó hasta el último departamento del pasillo, el quinto. Las dos puertas estaban entreabiertas y cuando ingresó vio a Daniel Gustavo en el suelo sobre un charco de sangre: había sufrido múltiples puñaladas en el pecho y la garganta. Al lugar llegó el Sies. Fue una formalidad. El vigilador privado ya estaba sin vida.

Torres, se dijo al principio, vivía en esa casa de pasillo de barrio La Sexta. Pero una fuente de la investigación descartó esta versión y aseguró que el hombre residía con su madre en otro lugar de la ciudad. “Ese departamento lo usaba como bulín para encontrarse con mujeres”, aclaró. “El domingo le mandó un mensaje a su mamá diciendo que se iba a quedar con una chica”, agregó el investigador. El vigilador privado no fue a trabajar al día siguiente. Su madre avisó a su hijo policía para que averigüe qué pasaba, porque nunca faltaba. Cuando éste atravesó el pasillo, las dos puertas ya anunciaban que algo no estaba bien: encontró a su hermano asesinado a puñaladas en medio de un caos. Según fuentes de la investigación, la causa de muerte fue por asfixia, aunque no se especificó si por compresión o porque Torres no pudo respirar debido a los cortes en la garganta.

Respecto de la mujer que, según la pesquisa, estuvo con la víctima la noche previa al hallazgo, familiares del hombre arriesgaron incluso un nombre en las redes sociales y, además, arrojaron el dato de que en la casa de La Sexta no estaba su celular. Por eso, pidieron públicamente información para rastrear el aparato.

Por el desorden en esa casa que oficiaba de cuarto de citas, una hipótesis que manejan los investigadores es el homicidio en ocasión de robo. Pero no descartan otras. Los vecinos del pasillo dijeron que no escucharon grito alguno y que se enteraron del asesinato cuando las sirenas de la Policía y de la ambulancia alumbraron esa cuadra durante la tardecita del lunes. Ya entrada la noche, la sección Criminalística de la Policía de Investigaciones peritaba la escena en busca de rastros para intentar encontrar pistas de él o los asesinos a pedido del fiscal Ademar Bianchini. Una complicación para dilucidar qué fue lo que ocurrió, además de la falta de testigos, es la ausencia de cámaras de videovigilancia en la zona.

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