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Demora en subir el piso de Ganancias

Por: Rubén Rabanal

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Hugo Moyano negocia y los gremios leales intentan moderar las subas salariales en esta desbordada ronda de paritarias, pero el gobierno aún no ayuda. Hace más de un mes que Cristina de Kirchner les prometió analizar una suba en el mínimo no imponible de Ganancias para bajar la presión tributaria sobre los salarios medios y altos. Se deslizó, incluso, que un anuncio presidencial era inminente la semana pasada.

En sindicatos como camioneros, petroleros o bancarios esa decisión es clave. Sus sueldos, en gran medida, están alcanzados por el impuesto y parte del aumento que ahora negocian se irá también para la Afip. Por ejemplo, Moyano moderó la suba por debajo del 30 por ciento porque el gobierno le prometió reforzársela con una baja en el mínimo no imponible de Ganancias que le daría unos 5 puntos más para convencer a sus muchachos. Así, una parte de la mejora salarial la pondrían las empresas y otra el Estado.

Es lo que vino sucediendo en cuatro ocasiones durante la era kirchnerista con subas en el mínimo de Ganancias que acompañaban el crecimiento de salarios y también con la eliminación de la trágica “tablita de Machinea” que se llevó en diciembre de 1999 buena parte de los ingresos de la clase media.

Pero el gobierno esta vez se demora, inexplicablemente, mucho más que en esos años en lanzar la suba del piso del impuesto. Imposible aceptar el argumento, sólo inicial en la intimidad de Cristina de Kirchner y Moyano, de la necesidad de estudiar el impacto fiscal de eximir de Ganancias a empleados en relación de dependencia con sueldos de medios para arriba. Mucho mayor es el costo de 4.000 millones de pesos anuales que sufre el gobierno por un desborde en la negociación salarial que tuvo picos de más del 50 por ciento de suba en gremios menores (como curtidores), pero que alcanza al 35 por ciento en algunos sindicatos mayores. Además, una baja de este tipo en ganancias volvería inmediatamente a la recaudación a través del IVA por ser montos que se consumen en gran parte.

Si no se toma la medida de elevar el mínimo no imponible en Ganancias, otros gremios como bancarios ya amenazan con seguir el camino de Oscar Lescano y reabrir la discusión de sus paritarias cerradas, en este caso en abril, para llevar el aumento a ese 35 por ciento. Esto es así porque en las negociaciones estos gremios descartaban que la mejora conseguida en la discusión iría acompañada, antes de junio, por un retoque en Ganancias que les regalaría Cristina de Kirchner.

Como esto no se da y como ya se están aplicando los nuevos aumentos alcanzados por el tributo a la renta salarial de los afiliados a estos sindicatos (situación que se repite en petroleros, gas, mecánicos y plásticos), los titulares de los gremios están en una posición complicada.

Más si se tiene en cuenta que muchos de ellos están jaqueados dentro de sus propios sindicatos por comisiones internas de izquierda que les disputan el poder.

Al mismo tiempo, el Gobierno, con su demora, complica también a las empresas que deberán devolver a los trabajadores lo retenido en sus sueldos bajo los porcentajes anteriores, ya que se trata, en todos los casos, de una reducción retroactiva a enero por la naturaleza anual de Ganancias.

De haber modificado el impuesto en febrero o marzo, los importes a reembolsar serían menores que al hacerlo en junio o julio. Es cierto que los empresarios descontarán ese monto de sus liquidaciones de Ganancias, pero deberán calcular a fin de junio el efectivo necesario para el pago de aguinaldos (una dura carga para muchos) más ese sueldo extra que cobrarán algunos empleados por la devolución de Ganancias.

Por si hiciera falta, hay otro conflicto en puerta: la oposición ya apura al kirchnerismo en Diputados. La UCR presentó un proyecto de suba en el mínimo no imponible de Ganancias y desafió al oficialismo a debatirlo en el recinto.

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