Un hombre al que se vincula con la venta de drogas fue aprehendido en el marco de la investigación por el crimen de la pequeña Candela Rodríguez, de 11 años, revelaron fuentes policiales.
El sujeto, que podría convertirse en el sexto detenido por el caso, residiría a unos 200 metros de la calle Kiernan al 900, uno de los lugares donde se cree que estuvo secuestrada la niña. El otro domicilio en el que se presume que estuvo retenida la pequeña está situado en la calle Charrúa 1081, de Hurlingham.
En el expediente, el fiscal dijo que el cuerpo de la nena fue arrojado a la vera de la Autopista del Oeste por tres hombres, quienes habían trasladado el mismo en una camioneta blanca. Según indicaron fuentes ligadas a la investigación del caso, el juez de Garantías Alfredo Meade evaluaría en las próximas horas si se formaliza la acusación contra el aprehendido hoy, siguiendo el mismo procedimiento que con los otros cinco sospechosos.
Las mismas fuentes señalaron que un vecino fue quien -bajo reserva de identidad- le dio la pista a los investigadores para llegar al sexto demorado, quien se llamaría Hugo, y sería el asesino de Candela.
«Se comenta en el barrio que Hugo fue quien mató a la nena y se le fue la mano y que tendría problemas con la familia de Candela», le dijo el testigo a los investigadores del caso.
Trascendió además que el hombre estaba siendo investigado por supuesta venta de estupefacientes en la provincia de Buenos Aires y es conocido de la madre de Candela, Carola Labrador.
El juez Meade defendió su decisión de mantener detenidas a cinco personas y dijo que no ve «posible» la hipótesis de que hayan sido «plantadas» las pruebas que fueron halladas en la casa donde supuestamente la nena fue mantenida cautiva, al tiempo que admitió que el móvil del homicidio es por ahora «un misterio».
«Esa hipótesis no la veo posible», respondió el juez cuando fue consultado acerca de la posibilidad de que hayan sido «plantados» dentro de la casa los elementos que incriminan a los detenidos, como por ejemplo un vaso donde los investigadores hallaron restos de ADN de Candela.
Por otro lado, el juez, en declaraciones televisivas, reconoció que el móvil del crimen de Candela «sigue siendo el gran misterio» para los investigadores. «No lo puedo sospechar -dijo el juez al respecto-. Sí puedo inferir que quienes estuvieron detrás de esto tienen un alto nivel de eficiencia».
Entre los detenidos, hay dos personas, Gladys Cabrera, una de las propietarias de la casa donde supuestamente fue mantenida cautiva la nena de 11 años; y Ramón Altamirano, un carpintero, que están acusados por la Justicia de ser presuntamente «partícipes necesarios» del delito de homicidio agravado en perjuicio de Candela.
En tanto, los otros tres detenidos son considerados por la Justicia acusados de presunto «encubrimiento agravado». Cabrera, Altamirano y los otros tres imputados: Gustavo Damián Valenzuela, Alfredo Montero y su hijo Alfredo, fueron trasladados esta mañana para declarar ante el fiscal que investiga el hecho, a la sede de los Tribunales de Morón.
En las indagatorias se intentará establecer la eventual participación en el crimen de la niña, que desapareció el 22 de agosto pasado en Villa Tesei y cuyo cuerpo fue encontrado el 31 del mismo mes, en la intersección de la colectora de la Autopista del Oeste y Vergara, con signos de haber sido asfixiada.