«El Cosquín Rock es un evento monumental de alto impacto artístico, con millonaria inversión de la organización para que todos la pasen bien. Sin embargo, según varios testimonios, los que la pasan muy mal son los empleados contratados por empresas tercerizadas para trabajar en el evento. Mañana ampliaré al respecto», publicó en las últimas horas en sus redes sociales el periodista Andy Ferreyra, de Carlos Paz (Córdoba).
Horas más tarde continuó con su denuncia sumando un resumen de los testimonios de más de veinte jóvenes que lo contactaron para dar a conocer las “inhumanas” condiciones laborales en el Cosquín Rock 2025 que aconteció, como cada año, en el aeródromo de Santa María de Punilla, el sábado 15 y docmingo 16.
«Los empleados, contratados por consultoras para trabajar en servicios tercerizados por la productora organizadora, denunciaron maltrato, desorganización y negligencia», destacó Ferreyra. Y sumó: “No cumplieron con las condiciones prometidas, coincidieron todos».
En la larga lista de reclamos, planteó que los trabajadores fueron citados a las 7.30 del sábado pero que recién ingresaron al predio entre las 14 y las 15.30. Muchos de ellos pasaron horas bajo la lluvia, sin saber a qué barra asignarse ni qué tarea tendrían asignada.
Si bien aceptaron trabajar doble jornada, varios denunciaron que se no se respetaron los tiempos de descanso. Les prometieron tres comidas por jornada (almuerzo, merienda y cena), pero la primera comida llegó recién a las 18.30, y varios tuvieron que comer donde podían, incluso al lado de la basura, al tiempo que otros no recibieron su comida hasta pasadas las 23.
También destacan que durante ambas jornadas: «Hubo casos de personas con condiciones médicas (diabetes, celiaquía) que estuvieron más de doce horas sin comer, sólo había dos baños químicos para decenas de trabajadores, sucios y sin mantenimiento, muchos tuvieron que hacer sus necesidades en plantas o lugares inadecuados, no hubo locckers para guardar pertenencias, que terminaron mojadas o llenas de barro y permitían usar vasos oficiales del evento para tomar agua, debiendo sacar el agua a escondidas de las heladeras».
Además: «Faltaron cargadores para los celulares, no los dejaban usar la corriente, los micros prometidos para el regreso no estaban disponibles y muchos trabajadores tuvieron que pagar Uber o volver en colectivos de línea, parados y hasta las 5.30 de la madrugada, y algunos grupos quedaron varados en Santa María de Punilla, sin información ni ayuda».
«A la vuelta, parecíamos simios, vacas rumbo al matadero, corriendo de colectivo en colectivo desesperados por regresar a casa», expresaron y dejaron en claro que los encargados del festival trataron a los trabajadores con desprecio, llamándolos «vagos» y negándoles descansos.
Se les prohibió sentarse o tomar agua frente al público, y fueron amenazados con no pagarles si recibían propinas. «Nos trataban como si nos estuvieran haciendo un favor», expresaron finalmente.
Por el momento, no hay ningún comunicado aclarando o negando los hechos de parte de la organización del Cosquín Rock 2025.