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Denuncian que no se cumple el cupo femenino en el sistema de transporte local

A pesar de que una ordenanza obliga a que el 50 por ciento de los ingresos sean mujeres, sólo una colectivera entró a hacer reemplazos de verano. El año pasado fueron 7 de 60 y quedaron en planta permanente 10 hombres

 

A fines de 2017 el Concejo Municipal de Rosario modificó una ordenanza de 2006 para que las mujeres ocupen el 50 por ciento de los ingresos de choferes del Transporte Urbano de Pasajeros (TUP). Lo hizo por el reclamo de un grupo de ex colectiveras con más de 10 años de experiencia que habían sido despedidas de la Semtur y nunca más consiguieron trabajo. Meses después, la empresa La Mixta anunció que entre los 60 choferes contratados para hacer reemplazos del verano había siete mujeres. Era la primera vez que entraban tantas y desde la firma dijeron que tenían muchas posibilidades de pasar a la planta permanente. Las colectiveras cumplieron los tres meses de contrato y quedaron en la lista de espera. A ninguna la llamaron. Las diez vacantes de 2018 fueron ocupadas por hombres. Este verano el nuevo sistema de transporte tampoco tuvo en cuenta a las mujeres. Según pudo saber El Ciudadano, la compañía mendocina El Cacique, que tomó el mando de La Mixta, incorporó una sola colectivera a los reemplazos. La firma estatal Movi, que reemplazó a la Semtur, no contrató ninguna. El grupo de colectiveras que el año pasado hizo los reemplazos hará una presentación a la Justicia para que la ordenanza se cumpla.

El Ciudadano intentó comunicarse con las compañías El Cacique y Movi pero informaron que no darían declaraciones al respecto. Actualmente en todo el sistema de transporte de Rosario hay una sola colectivera. Entró hace cuatro años a La Mixta y está al volante en la línea 112. Después de ella, en 2016 entró una mujer a hacer reemplazos y no quedó efectiva. En 2017 no hubo ninguna y en 2018 fueron siete las reemplazantes que tampoco quedaron.

María Etelvina tiene 52 años y fue una de ellas. Desde los 21 trabaja en el transporte público como taxista y colectivera. Forma parte del grupo de 24 mujeres que en 1999 entró a trabajar en la empresa Victoria, que después se fundió y fue absorbida por Rosario Bus. Entre las dos compañías, María Etelvina sumó 15 años de antigüedad hasta que la echaron sin causa. No fue la única. De todas las que pasaron a la órbita de los nuevos dueños, sólo dos no perdieron el empleo. “Apenas entramos nos decían que nos iban a echar porque la empresa no quería mujeres en el plantel. Y de a poquito fueron despidiendo a todas”, recordó.

En 2017 María Etelvina llegó junto a las ex colectiveras de Rosario Bus a la oficina de la entonces concejala Daniela León. Buscaban reflotar una ordenanza sancionada en 2006 que creaba el Programa Mujeres Choferes del Transporte Urbano de Pasajeros para promover la incorporación gradual. La norma nunca fue implementada. Después de la reunión, el Concejo Municipal la modificó y agregó que el 50 por ciento de los ingresos de cada año debían ser ocupados por mujeres. Gracias al reclamo, en enero de 2018 entraron las siete mujeres a La Mixta. Dos eran ex Rosario Bus y las otras cinco tenían más de diez años de experiencia al volante.

“Todas quedamos muy bien posicionadas en la lista de espera por cómo hicimos nuestro trabajo. Después no llamaron a ninguna. La Mixta montó un circo en los medios diciendo que estaban incorporando mujeres pero todo quedó en la nada”, dijo María Etelvina. De los 60 choferes que hicieron reemplazo ese año, 10 quedaron en planta permanente, todos hombres. “No cumplieron con la ordenanza que dice que los ingresos son 50 y 50. Deberíamos haber ingresado 5 mujeres y eso no pasó”, agregó.

Según la conductora, el año pasado se reunieron con la intendenta Mónica Fein y les dijo que el gremio UTA no permitía el ingreso de mujeres. También volvieron al Concejo Municipal pero no hubo avances. El grupo evalúa iniciar una demanda en la Justicia para que el municipio haga cumplir la ordenanza a las empresas. “Sentimos que la parte administrativa está agotada”, explicó.

Las siete reemplazantes hoy trabajan de taxistas y son parte del grupo de 121 conductoras de la aplicación She Taxi, que sirve para pedir un servicio público manejado por una mujer. “La aplicación es buenísima y nos da mucho trabajo, además de organización con otras. El taxi es lo más fácil de conseguir pero no es lo que queremos. Todas tenemos muchísima experiencia y estamos capacitadas pero nos discriminan”, agregó.

Cupo en Buenos Aires

En octubre de 2018 la Justicia ordenó a tres empresas del área metropolitana de Buenos Aires incorporar un 30 por ciento de mujeres al volante. El fallo dio lugar a un recurso de amparo presentado por una ex chofera de la línea 140 que fue echada y no volvió a conseguir trabajo como colectivera, pese a contar con 10 años de experiencia. Ni las empresas ni la UTA, gremio al que estaba afiliada, atendieron sus reclamos.

Según la Justicia, la discriminaron por ser mujer. Las compañías son Transporte Escalada SAT, Transportes Avenida Bernardo Ader y Los Constituyentes S.A.T.

La jueza Graciela González de la Sala II de la Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo reconoció que hubo discriminación de género contra aquellas que buscaron trabajo como choferas. Ordenó a las autoridades ejecutivas y legislativas hacer una reglamentación específica para compensar las desigualdades y revertir la discriminación por género en el acceso de las mujeres a los puestos laborales. Dispuso también que la Secretaría de Trabajo tenga en cuenta la sentencia en las negociaciones paritarias para incorporarla al convenio colectivo de trabajo.

En Buenos Aires las mujeres al volante de los colectivos también son una excepción. En la ciudad porteña el grupo Plaza es el único que contrata colectiveras. En Vicente López los colectivos de la línea municipal gratuita Bicentenario son conducidos exclusivamente por mujeres.

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