La Policía rosarina investiga la presunta privación ilegítima de la libertad de un adolescente de 13 años, quien fue reducido anteayer en cercanías del Parque de la Independencia y liberado varias horas después, previo pago de una suma de dinero, en la zona sur, según denunció su familia. La entrega fue monitoreada por efectivos de la sección Seguridad Personal de la UR II y el hecho, en un principio caratulado como secuestro, es investigado por el Juzgado de Instrucción en turno, a cargo Juan Carlos Vienna.
“Es medio raro”. Con estas palabras un vocero quiso resumir la investigación que desde hace casi 48 horas realiza personal de Seguridad Personal de la Unidad Regional II. Según fuentes policiales, alrededor de las 18 de anteayer, en la zona de avenida Pellegrini y Ovidio Lagos, un pibe de 13 años –cuyos datos se mantienen en reserva– se dirigía a jugar fútbol 5 al Club Atlético Newell’s Old Boys cuando fue interceptado por un muchacho de unos 25 años.
Según los voceros, el joven se acercó al chico en buenos términos, entabló una conversación amigable y, sin necesidad de esgrimir armas ni ejercer violencia física, “se lo llevó caminando y ahí le anotició que era un secuestro”, explicó el vocero.
Luego de una larga caminata por el parque, que incluyó la ingesta de una gaseosa en uno de los carritos ubicados en la zona, tomaron un colectivo de la línea 146 en dirección a la zona sur, y el menor fue dirigido a “un ranchito” ubicado en Paraguay al 5000, en el barrio conocido como Fuerte Apache. Fue entonces que su captor le pidió el teléfono celular para comunicarse con los padres del chico y pedir rescate.
Denuncia y precaución
Fuentes policiales informaron que si bien el papá del chico secuestrado radicó la denuncia en la comisaría, pidió a los uniformados que no realizaran ningún tipo de intervención hasta no tener a su hijo sano y salvo. “No querían correr ningún riesgo”, dijo un alto jefe policial que resumió cómo fueron los hechos.
Según el vocero, durante las horas de cautiverio el muchacho mantuvo comunicación telefónica fluida con su padre, en la que informó que lo trataron bien y que hasta le dieron de comer.
El primer llamado fue alrededor de las 19 y la entrega de dinero –empezaron pidiendo cinco mil pesos y terminaron arreglando en dos mil– se pautó entre las 21.30 y las 22 de anteayer en una esquina de la zona sur, en cercanías del lugar donde se presume fue aguantado, en barrio Fuerte Apache.
La persona que estaba con el menor pidió que el dinero fuese dejado dentro de una bolsa negra en una esquina, orden que el padre del adolescente cumplió al pie de la letra y diez minutos después se reencontró con su hijo, que salió de uno de los pasillos de Fuerte Apache.
Fuentes del caso dijeron que el muchacho tenía mucho miedo pero que su estado de salud era óptimo, de acuerdo a la evaluación hecha por un médico policial.
Los voceros dijeron también que la víctima concurre dos veces por semana a las instalaciones del club rojinegro a practicar fútbol 5.
También dijeron que se trata de un muchacho “sano”, que cursa el primer año del bachillerato y que sus padres son gente trabajadora.
El joven secuestrado dio detalles sobre la fisonomía de la persona “que lo mantuvo cautivo”, datos con los cuales personal policial intentará apresarlo y también determinar si tuvo algún tipo de colaboración de gente del barrio.
El hecho es investigado por el Juzgado de Instrucción de la 4ª Nominación, a cargo de Juan Carlos Vienna, en conjunto con efectivos de la sección Seguridad Personal de la Unidad Regional II.