Sandra se siente desprotegida. Cuando este lunes su ex pareja no llevó de regreso a sus tres hijas, de 14, 11 y 8 años, temió no volver a verlas. Desde antes de la separación, tres años atrás, dice que él la amenaza con quitarle la tenencia. Ella cree que busca distanciarlas y evitar pagar la cuota alimentaria que, según denunció, le adeuda desde 2017. Pero la violencia económica, psicológica y física había comenzado mucho antes. Recordó cómo él la menospreciaba, la hostigaba y golpeaba hasta echarla de la casa que compartían en un country de Funes para mudarla, sin ninguna pertenencia, a un departamento en Rosario. Este martes fue a la Justicia y pidió la restitución de sus hijas pero, según contó, por la pandemia tendrá que esperar hasta el próximo 14 de octubre. Sandra siente que los tiempos de la Justicia no se ajustan a sus necesidades y no sabe dónde pedir ayuda.
“Quiero que me ayuden y me escuchen. Me sacó todo y lo más importante que tengo que son mis hijas. Me quiere sacar la tenencia y no me va a dejar verlas. Tengo miedo por mi vida y los tiempos de la Justicia son muy lentos. Me siento desprotegida”, dijo a El Ciudadano.
Sandra tenía 18 años cuando conoció a su ex pareja, un conocido empresario gastronómico de la ciudad. Un año después comenzaron a convivir. Él trabajaba en uno de los emprendimientos familiares y ella estudiaba medicina. Cursaba el 4° año de la carrera cuando dejó los estudios para tomar un puesto en una de las firmas de su familia. Tuvieron tres hijas y se mudaron a un country en Funes.
Para ella la relación “siempre fue conflictiva”. Según contó, él la menospreciaba por no tener el mismo nivel socioeconómico y la hostigaba constantemente. A la violencia psicológica, sumó la física: le fisuró dos costillas, el brazo y el tabique, la encerraba en el vestidor, le pegaba cachetazos y cabezazos. También, siempre según contó, la amenazó con un arma de fuego en dos oportunidades. Sandra nunca lo denunció.
A fines 2017 y después de 14 años se separaron. “No alcancé a llevarme ropa ni los juguetes de mis hijas. Él se quedó con todo lo que era mío. Me estafó. Accedí a irme de mi casa y dejar todo por miedo. Pensé que me iba a morir. No soportaba el hostigamiento, la violencia física, psicológica y económica que él ejercía”, recordó.
Durante la convivencia, Sandra administraba un salón de eventos infantiles pero en agosto de 2018 debió cerrarlo porque no pudo afrontar los costos. Desde entonces está desempleada y le exige a su ex pareja el pago de la cuota alimentaria de los últimos tres años que ronda los 500 mil pesos en total.
“Desde que nos separamos él no pagó la cuota alimentaria y no me pude estabilizar económicamente”, señaló sobre el reclamo que formalizó en la Justicia.
En abril de 2019 pidió una restricción de acercamiento. Él no se volvió a acercar a ella pero, según contó, la amenaza con sacarle la tenencia de las hijas. “Las manipula, las quiere convencer de que con él van a estar mejor ofreciéndole cosas económicas que yo no le puedo dar”, dijo.
Desde el inicio de la pandemia resolvieron adaptar el régimen de visitas para que las hijas pasen una semana con su madre y otra con su padre. Este lunes, él debía regresarlas a su casa pero nunca volvieron.
“Hablé con ellas, me dijeron que están bien. Quiero verlas. Pedí la restitución pero me dieron fecha de audiencia recién para el 14 de octubre. No puedo esperar ese tiempo”, señaló.
Sandra está preocupada y teme que su ex pareja no le permita volver a verlas. “Me quiere sacar la tenencia para distanciarme de ellas y no pagar la cuota alimentaria. No sé qué más hacer. Parece que nada alcanza y vivo con miedo”, cerró.