Un derrame de combustible originado en la localidad de Fray Luis Beltrán provocó que los bañistas de la Rambla Catalunya que disfrutaban ayer del río tuvieran que abandonar el agua durante toda la jornada, como consecuencia de la aparición de camalotales con manchas de hidrocarburos. Sin embargo, el percance no tuvo efecto sobre el balneario La Florida donde, si bien fue necesario reforzar las barreras de seguridad, no se prohibió el ingreso de bañistas al agua.
El hecho ocurrió en horas de la mañana de ayer en el embarcadero BG, ubicado en América al 100 de la vecina localidad del cordón industrial. Según indicaron desde Prefectura a este diario, se trató de un error en la maniobra de traspaso del combustible IFO (utilizado para embarcaciones) entre un camión y un buque. “Dos empresas trabajaron en la contención, pero hubo parte de este producto que superó las barreras y comenzó a manchar a los camalotes que pasaban por ahí”, explicaron a El Ciudadano desde la fuerza de seguridad nacional.
Ya pasado el mediodía se registró una mancha flotando sobre el Paraná que, de acuerdo a la misma fuente, “a simple vista parecía ser del mismo combustible derramado”, aunque restan aún los resultados de las pericias realizadas.
Fuera del agua
Este incidente obligó a los bañeros de la Rambla Catalunya a prohibir el ingreso al agua, ya que el hidrocarburo quedó impregnado tanto en los camalotes que quedaron flotando en la zona como en las propias barreras de contención. “En horas de la mañana vino Prefectura y nos encomendó que la gente no ingresara al agua hasta próximo aviso. Están todos los caños (que funcionan como barreras) empetrolados. El daño ya está hecho”, sentenció uno de los guardavidas de la zona.
La Florida, sin problemas
El gerente general de Costanera Rosario EEM, Lucas de la Torre, confió que el balneario de la bajada Escauriza “no tuvo ningún problema porque posee una manga que impide que cualquier elemento que circule por el río pase a la zona de baño”.
En igual sentido, el jefe de seguridad de playa, Leonardo Manino, explicó que el personal de Prefectura se presentó cerca del mediodía con una denuncia de contaminación por derrame y realizó después tareas de control sobre esa zona.
“Querían constatar que estuviera todo en orden –indicó Manino–. No detectaron nada y no tuvimos quejas por parte de la gente. Por nuestra parte, lo que hicimos por precaución fue reforzar la barrera flotante, que funciona para proteger a la gente de los camalotes, polución, residuos y ante un eventual derrame”.
El guardavidas confió que recién “en horas de la tarde se comenzaron a ver camalotes manchados”, aunque lejos de la costa.