De la ilusión a la decepción no pasó ni un mes. Newell’s inició este torneo con la expectativa de pelear el título, a partir de un plantel de jerarquía y un equipo que sólo había perdido a Cristian Lema, pero habían conseguido a Nacho Scocco. Pero la Lepra transitó el certamen con paso tambaleante, y Boca le dio un empujón más para tirarlo al piso.
La victoria del Xeneize por x a x deja a Newell’s sin chances de avanzar a la Zona Campeonato, un duro cachetazo para un equipo que se imaginaba peleando cosas importantes y se deberá conformar con el premio de la Sudamericana.
Algunas lesiones, como la de Aguerre, Gentiletti y ahora Nacho Scocco; el Covid-19 que le sacó algunos futbolistas, y un plantel que le costó sacarse el letargo físico del parate prolongado fueron las causas principales para que Newell’s se quedara sin chances de clasificar. A Kudelka le costó corregir sobre la marcha, e incluso dio la sensación que sus decisiones fueron aún más perjudiciales para el equipo.
El partido ante Boca se resolvió demasiado rápido. Y eso que Newell’s había amagado con dar pelea, a partir de una Pablo Pérez muy activo. Pero en un abrir y cerrar de ojos, el resultado estaba cuesta arriba, casi imposible de remontar.
Scocco se golpeó el hombro y quedó out, Espinoza compró una falta en la puerta del área imperceptible y Cardona –con gran complicidad de Macagno- anotó el 1-0. Newell’s sintió el golpe, se desorientó, entró en zona de nerviosismo. Moreno perdió una pelota con el equipo saliendo y Ábila se fue con campo y los zagueros retrocediendo de espaldas. Y habilitó a Cardona, que con un movimiento de cintura desparramó inexplicablemente a Fontanini y definió con un caño frente a un Macagno que ofreció muchas facilidades al colombiano.
Si al desconcierto le faltaba algún detalle, Gabrielli cometió una falta innecesaria en mitad de cancha, y con una doble amarilla dejó a Newell’s con diez. Y lejos de ser un homenaje a Diego, tener uno menos y estar dos goles abajo era un presagio de un final aún más complicado.
Esta vez no se trató de correr menos o más. Porque Cardona lejos está de ser un sprinter, pe-ro con su calidad y simpleza con la pelota volvió loco a Newell’s. La realidad es que la Lepra se mostró escaso de ideas para las-timar. Apenas tuvo algo de luz cuando la pelota pasó por Pablo Pérez, pero sin socios que le hicieran la pata para ir a cascotearle el rancho a Andrada.
Y al final Boca le hizo precio. Empezó a pensar en la Liberta-dores y perdonó a un Newell’s que no mostraba reacción. Una mano increíble de Moreno le dio un penal al local, pero Ábila le pegó por encima del travesaño. Y entre Wanchope y Zárate hubo más ganas de hacer el gol propio que de aumentar la distancia. Y la Lepra sobrevivió a una goleada. Apenas un consuelo.