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Desafíos del nuevo gabinete municipal: en espejo con la provincia, con todos los sectores adentro y con más volumen político

Los sectores de Unidos esperan la devolución por su aporte al triunfo en la interna. La grilla final del equipo de gobierno se conocerá sobre fines de noviembre, sincronizada con las decisiones que tome Pullaro en el armado para la Casa Gris

El intentende Pablo Javkin ajusta por estos días las designaciones de los funcionarios que lo acompañarán en su segunda gestión en el Palacio de los Leones. Con precisión quirúrgica deberá combinar las demandas de los espacios que integraron la coalición con las necesidades de una gestión que él entiende tiene que incorporar voces con espalda suficiente como para defender las políticas públicas como lo haría él. Pero como si esta sincronización fuera poco, a eso tiene que agregarle la necesidad de ir moviendo fichas en espejo con las decisiones que tome el gobernador electo Maximiliano Pullaro en el armado de su propio gabinete, a su vez condicionado por el resultado de las elecciones nacionales de este domingo, en las que apoya la candidatura de Patricia Bullrich.

Javkin, afirman desde su entorno, prepara el desembarco en el gobierno provincial de una de sus funcionarios clave, el secretario de Gobierno Gustavo Zignago, pero esperará a conocer el lugar que tendrá en la grilla del gabinete pullarista para decidir la movida que prepara en espejo para su propio armado: la designación del actual secretario de Desarrollo Económico, Sebastián Chale, como nuevo secretario de Gobierno. Javkin no quiere mover fichas de la que luego tenga que arrepentirse por no sentirse representado convenientemente en una futura gestión provincial.

En este juego simultáneo, deslizan, el intendente distingue tres niveles de preferencias: los referentes de su partido Creo, los aliados directos de su partido, y los socios electorales (el PRO, el socialismo y el tessandorismo). En ese esquema base se mueve el mandatario local para articular espacios en esta nueva coalición que vuelve a conducir, como en los tiempos del Frente Progresista, tanto Rosario como la provincia.

De lo poco que trascendió hasta el momento, se conoce que el intendente quiere un gabinete con funcionarios que sean capaces de defender políticas públicas. Apuesta a tener “mucho mano a mano” con los vecinos en su segundo mandato, para poder delegar en esos nuevos funcionarios de mayor perfil político el día a día de la administración local, afirman.

En cuanto a los tiempos de decisión, nadie espera que las definiciones lleguen antes de los últimos días de noviembre, aunque muchas fichas comenzarán a moverse antes para intentar calmar las ansiedades de los socios electorales, definen cerca del alcalde.

Lo cierto es que Javkin llegó a la elección general tras una dura disputa con los integrantes de Unidos para Cambiar Santa Fe. El ajustado resultado que lo consagró como ganador lo obligó a negociar con los mismos espacios a los que había cuestionado duro en la campaña. Uno de esos espacios es el que representa el concejal y ex candidato a intendente Miguel Tessandori, que inició las negociaciones con Javkin apenas cerrada las Paso. Los pedidos fueron bien recibidos en aquel momento y la promesa era que las respuestas llegarían antes de las elecciones presidenciales. No fue así, pero la negociación sigue abierta.

En cuanto al resto de los sectores integrantes de Unidos, desde el socialismo admitieron que “el diálogo está encaminado” y pusieron a disposición los perfiles técnico-políticos para áreas donde el partido de la rosa tiene alto expertise: salud, cultura, ambiente y desarrollo social. El eje de esta negociación, dijeron, se basa más en el aporte de “ideas de políticas públicas”, que en la designación de cargos específicos.

Desde el PRO tienen también sus promesas recibidas, pero están demasiado entretenidos en la campaña presidencial como para cerrar ninguna negociación. Todo será distinto cuando se conozca la suerte de Patricia Bullrich.