Fuente, Data Judicial
A poco de que se cumplan 32 años del asesinato y desaparición de Miguel Bru, su mamá, Rosa Bru, se reunió con el fiscal Gonzalo Petit Bosnic -a cargo de la causa- para aportarle datos sobre un hallazgo de restos óseos que podrían corresponder a un hombre y pedirle que avance con la investigación para determinar si pertenecen a su hijo.
Durante el encuentro, la madre del joven desaparecido en 1993 por la Policía Bonaerense le pidió al fiscal que tome en cuenta esta información, investigue las circunstancias del hallazgo y ordene nuevas medidas para rastrillar la zona y realizar estudios de ADN que permitan identificar los restos, confirmaron fuentes judiciales.
La nueva pista llegó a Rosa por Marta Ramallo, mamá de Johana, la chica desaparecida y asesinada en 2017. Se trata de datos que en su momento fueron remitidos por la Fiscalía N° 8 de La Plata al juez federal Alejo Ramos Padilla, quien investigó el caso de Johana hasta el inicio del juicio que actualmente se desarrolla en el TOF N° 2 de la ciudad.
Los estudios genéticos que se hicieron en el momento del hallazgo descartaron que los restos fueran de Johana Ramallo y se determinó que eran de un varón joven. A partir de esa confirmación, Marta decidió compartir esa pista con Rosa Bru.
«En agosto se cumplen 32 años de la desaparición de mi hijo. No vamos a bajar los brazos y no vamos a parar de buscarlo hasta saber dónde está», dijo Rosa en declaraciones mediáticas, además de agradecer a Marta por acercarle este dato, «que representa una oportunidad más de encontrar a Miguel».
Actualmente existe una recompensa de 5 millones de pesos ofrecida por el gobierno bonaerense para quien aporte información fehaciente sobre el paradero de Bru. Quienes tengan información pueden presentarla de forma confidencial ante la Fiscalía N° 3 de La Plata.
Miguel Bru fue torturado y asesinado el 17 de agosto de 1993 en la comisaría Novena de La Plata. Si bien se logró la condena a los ex policías responsables, nunca dijeron dónde está el cuerpo. Desde entonces ya se hicieron más de 40 rastrillajes en distintos puntos de la Región y localidades cercanas, sin éxito.
En un juicio oral y público, en 1999 fueron condenados a perpetua el ex subcomisario Walter Abrigo, quien murió en la cárcel, y el sargento Justo López, por el homicidio y desaparición, mientras que por encubrimiento fueron sentenciados el ex comisario Domingo Ojeda y al ex oficial Ramón Ceressetto.