Un hombre denunció que su ex pareja, quien está embarazada de cinco meses, había sido secuestrada y desató las alarmas en la ciudad de Santa Fe. La presentación fue el miércoles pasado y por 48 horas, el fiscal federal Gustavo Onel con el apoyo de la Gendarmería hicieron una serie de medidas para dar con el paradero de la joven, pero determinaron que no existía secuestro alguno sino que había sido un ardid con el fin de hacerse con una suma dinero de entre 20 mil y 35 mil pesos. La muchacha fue hallada en buen estado de salud en la comuna de Grutly, del departamento Las Colonias, y la Fiscalía federal desestimó la causa y pidió la intervención a la justicia provincial por el delito de tentativa de extorsión en el que dejó constancias de las sospechas contra la joven y el entorno familiar, informaron voceros del Ministerio Público Fiscal (MPF).
El titular de la Fiscalía Federal 1 de la capital provincial, Gustavo Onel, quedó a cargo de la investigación luego de que el miércoles 20 de enero pasado un hombre, identificado como LC. de 34 años, denunciara que su ex pareja, de 20, había sido secuestrada y por su liberación le exigían el pago de un rescate que oscilaba entre los 20 mil y 35 mil pesos.
De acuerdo a los voceros del MPF, la presentación fue registrada por la Gendarmería tras recibir el alerta del Programa Nacional de Rescate y Acompañamiento a la Personas Damnificadas por el Delito de Trata.
En ese marco, el fiscal ordenó una nueva entrevista al hombre, quien contó que el martes 19 de enero alrededor de las 19 había recibido una llamada de su ex pareja, LZ, «pidiéndole ayuda dado que se encontraba secuestrada desde hacía cinco días», explicaron las fuentes.
LC dijo que la joven «se encontraba cursando un embarazo de cinco meses, siendo él el padre, como así también que se habían separado hacía siete meses y que ella había comenzado otra relación con un hombre que actualmente se encontraría detenido en la cárcel de Las Flores», prosiguió Onel en el detalle del caso.
El denunciante agregó que su ex pareja llegó a decirle que estaba cautiva en una casa ubicada en la localidad santafesina de Esperanza, del departamento Las Colonias, y que «era golpeada, manoseada y se encontraba atada, y que la persona responsable» del secuestro era un amigo de su actual pareja. LC explicó que había recibido en su celular mensajes del teléfono de la supuesta víctima en los cuales una persona pedía la suma de 20 mil o 35 mil pesos para liberarla. Agregó que «le hicieron una videollamada en la cual le mostraban cómo le pegaban».
Las escuchas y el entorno
En base la gravedad de la denuncia, el fiscal ordenó una investigación más exhaustiva del registro telefónico del hombre donde encontraron textos con expresiones como: «Sí, la vamos a matar». «Está muy golpeada amigo” y “Nosotros hasta que no aborte no la podemos largar, es así, o q nos den 20 mil pesos y la largamo” (sic), informaron los voceros del MPF.
En base a estos registros, Onel solicitó al Juzgado Federal en turno la intervención directa de los teléfonos del denunciante y de la presunta víctima. Fue así que ese mismo miércoles por la noche, los investigadores advirtieron que LC intentó un contacto por mensaje de texto con la víctima, que no fue contestado. Y en la madrugada del 21, pasadas las 2, intentó llamarla; tampoco recibió respuesta.
Para ese momento, «los registros de las antenas evidenciaban que el denunciante se encontraba en la ciudad de Santa Fe y la presunta víctima en Esperanza», señalaron las fuentes.
La pesquisa continuó hasta el viernes cuando las fuerzas federales captaron una comunicación entre la presunta víctima y su padre donde la chica le contaba que estaba en un campo de Grutly, a unos 13 kilómetros de la localidad de Humboldt, todas en el departamento Las Colonias.
«Su padre le refirió que en veinte minutos o media hora la iba a ir a buscar la Gendarmería, que la estaban buscando por la denuncia de un supuesto secuestro y le pidió que borrara todo del teléfono o lo pasara a otro teléfono. Del otro lado de la línea, la supuesta víctima parecía encontrarse en buen estado», señaló el fiscal.
Con estos datos, el personal de Gendarmería encontró a la muchacha el sábado 23 en dicha comuna y se comunicaron con el fiscal para informarle que estaba en «excelente estado de salud y que se encontraba trabajando en una estancia».
Una simulación
«Un análisis integral de la totalidad de las constancias del legajo, determinan que en rigor no habría existido una privación de libertad con el objeto de obtener un rescate, sino, por el contrario, una situación simulada de intimidación cuya finalidad habría sido la de obtener ilegítimamente sumas de dinero, en la que habrían tomado parte distintas personas, no descartándose que incluso la propia joven, su padre, y otras personas aún no identificadas hayan participado de la maniobra», explicó Onel en su dictamen.
El fiscal entonces descartó continuar con la causa por secuestro extorsivo y encuadró los hechos en el delito de extorsión en grado de tentativa, competencia de la justicia ordinaria, y en ese sentido requirió al juez federal que se declare incompetente y remita las actuaciones al fuero penal santafesino.
«No puedo dejar de mencionar la puesta en marcha de esfuerzos, tiempo y medios que conforme el protocolo para este tipo de casos lo indica, han sido puestos al servicio del mismo, en desmedro de otras investigaciones, lo cual permitió desentrañar en menos de 48 horas, que no existía secuestro ni privación de libertad alguna, y que por el contrario, se trataría de una conducta extorsiva hacia el denunciante, con el fin de obtener ilegítimamente sumas de dinero, conducta de la que habría tomado parte la propia supuesta víctima del secuestro», concluyó el fiscal en el dictamen.