El gobierno cumplió su amenaza y descontará a los docentes los días no trabajados por los paros. Pese a las advertencias de Amsafé –cuya secretaria general Sonia Alesso había declarado, ayer por la mañana, que si el Ejecutivo cumplía con el ultimátum el conflicto se agudizaría–, en la habitual reunión de gabinete de los lunes los máximos funcionarios de la provincia decidieron descontar los días de huelga. La ministra de Educación Letizia Mengarelli lo confirmó en una conferencia realizada ayer a la tarde en Santa Fe. “Lamentamos que la conflictividad llegue a este extremo porque no es bueno que la sociedad esté enfrentada al sector docente”, declaró la funcionaria. “Nosotros no planteamos esta relación como un enfrentamiento; sí planteamos la necesidad de poner los pies sobre la tierra, observar el contexto y ver una historia de recomposición salarial notable a lo largo de los últimos años”, agregó.
En Amsafé, el principal gremio de los docentes públicos –que decidió la semana pasada un paro de 48 horas para mañana y pasado y otro de 72 horas para el martes, miércoles y jueves de la semana próxima–, la noticia cayó como un balde de agua helada. “El anuncio es una posibilidad dentro de un conflicto, pero nosotros creemos que no es la mejor solución”, dijo Alesso. “Vamos a seguir apelando a que el conflicto se supere, siempre acatando la resolución de la asamblea provincial (que decidió el viernes último rechazar la propuesta salarial del gobierno y redoblar las medidas de fuerza)”. La dirigente sindical anticipó: “Plantearemos la necesidad de reunirnos con las autoridades provinciales para destrabar el conflicto, pero vamos a defender la constitucionalidad del derecho de huelga”.
La ministra Mengarelli explicó los motivos de la decisión de descontar los días de paro, algo que ocurre por primera vez desde que el Frente Progresista gobierna la provincia: “En este momento las obligaciones del Estado provincial se distribuyen en muchos campos y nosotros no podemos, en función de un reclamo, desproteger a un sector en beneficio de otro”. La funcionaria afirmó que los días no trabajados se descontarán aun si Amsafé levanta las próximas medidas de fuerza. En las dos primeras semanas de clases, fueron cuatro días de paro: 28 y 29 de febrero y 6 y 7 de marzo. No obstante, la titular de la cartera educativa se manifestó optimista respecto del reinicio de las negociaciones: “El acuerdo con los docentes es necesario y es posible; tenemos tiempo suficiente, madurez y responsabilidad como para poder acordar”.
Consultada sobre cómo piensan, en el seno del gobierno, que repercutirá la medida entre los docentes de Amsafé, Mengarelli respondió: “La respuesta (con referencia a la seguidilla de paros) fue exagerada con relación a la situación en la que estamos. No veníamos de una historia de descalificación de la actividad docente; veníamos de un proceso de recomposición de salarios, de condiciones de trabajo. Como continuidad de ese proceso, la respuesta me pareció exagerada desde el primer momento. Tal vez no midieron la situación, pero creo que todos tienen conciencia de cuál es la situación del país y de todas las provincias. Y si uno contrasta la oferta de Santa Fe con las del resto de las provincias, verá que es la mejor oferta del país. Entonces, es una respuesta, ante la mejor oferta del país y en relación al reclamo, desmesurada”.
La funcionaria propuso a los docentes que piensen la actual crisis como una oportunidad para retomar las negociaciones: “Este puede ser el momento para empezar a conversar distinto, darnos un tiempo, tener las reuniones que haya que tener, explicar lo que haya que explicar a los docentes. Esto no es una declaración de guerra sino un límite que es necesario poner para proteger la integridad del sistema educativo”. La ministra se mostró proclive a reiniciar el diálogo, pero no dio detalles respecto de una nueva convocatoria a paritarias. En cambio, ratificó que la propuesta salarial –un aumento del 21 por ciento dividido en dos etapas, 18 por ciento en marzo y 3 por ciento en julio, más una suma fija por única vez de 600 pesos para materiales didácticos– es “la última” que puede hacer la provincia.
Por último, Mengarelli negó que la reforma curricular para el nivel secundario haya sido determinante en la decisión final de Amsafé: “Hemos pedido expresamente que todos los reclamos que hubiera con relación al cambio curricular en la secundaria nos los hicieran llegar. Se les comunicó a todas las escuelas. Además, dictamos un decreto que protege la relación laboral de todos los docentes que están en primero y en segundo año de educación secundaria, abrimos un espacio de intercambio y desde las escuelas de ninguna manera nos están transmitiendo un rechazo”.