Los restos fósiles de un dinosaurio hallados en Argentina permitieron a un equipo de paleontólogos locales identificar, a partir de un cráneo, una nueva especie que probablemente tenía antebrazos muy débiles y se extinguió hace aproximadamente 66 millones de años.
Se cree que el dinosaurio, llamado Guemesia ochoai en honor al héroe de la Independencia general Martín Miguel de Güemes y al técnico en paleontología Javier Ochoa, pertenece a un grupo de carnívoros de brazos diminutos conocidos como abelisáuridos, que en su época recorrieron Europa, África, Sudamérica e India antes de extinguirse hace unos 66 millones de años.
El cráneo es el único de este tipo hallado en el noroeste de Argentina y tiene alrededor de 70 millones de años. A diferencia de otros abelisáuridos, su caja torácica es «notablemente pequeña». Los investigadores afirmaron que se trata de uno de los abelisáuridos con el cerebro más pequeño registrado hasta la fecha, con un 70% del tamaño de la especie Carnotaurus, que vivió en el extremo sur de Sudamérica.
El hallazgo fue en la Formación Los Blanquitos, cerca de Amblayo, por parte de un equipo liderado por Anjali Goswami, profesora, paleontóloga y jefa de investigación del Museo Natural de Historia del Reino Unido
Sin brazos, pero fuertes cazadores
Según el descubrimiento publicado en Journal of Vertebrate Paleontology, si los brazos de esta especie fueran como los de sus homólogos patagónicos, habrían caído inútilmente sobre su amplio pecho. Sin huesos osificados en las muñecas ni articulaciones móviles en los codos, los abelisáuridos no podían doblar sus apéndices superiores y mucho menos agarrar algo entre los dedos porque ni siquiera tenían garras.
Aún así los abelisáuridos podían abatir presas mucho más grandes que ellos gracias a sus fuertes mandíbulas y sus dientes en forma de cuchilla que compensaban fácilmente sus débiles extremidades delanteras.
Con solo un cráneo, es difícil decir cómo Guemesia ochoai se comparaba con otros abelisáuridos, pero el Museo de Historia Natural del Reino Unido (NHM por sus siglas en inglés) lo compara con el Carnotaurus sastrei aunque con una cabeza más pequeña y sin cuernos.
«Este dinosaurio es bastante inusual para su especie. Demuestra que los dinosaurios que vivieron en esta región eran bastante diferentes de los de otras partes de Argentina, apoyando la idea de provincias distintas en el Cretácico de Sudamérica», señaló la paleontóloga Goswami.
El descubrimiento apoya otros recientes en dirección a que los abelisáuridos fueron más diversos en Sudamérica de lo que los expertos creían. Los investigadores piensan que pudieron adaptarse a diferentes ecosistemas aislados y que las extremidades delanteras de Guemesia ochoai son restos inútiles de sus ancestros.
Casi todos los fósiles de abelisáuridos encontrados hasta ahora en Argentina proceden de la Patagonia y comparten muchas similitudes físicas, incluidos los brazos extremadamente pequeños, pero este es el primero que se encuentra en el noroeste y sus rasgos son bastante diferentes, posible consecuencia de una vida en un clima más cálido. Por ejemplo, su cráneo muestra pequeños agujeros que podrían haberle permitido enfriarse bombeando sangre a la superficie de la piel y liberando calor.
Existen varias teorías sobre la especie a la que perteneció este dinosaurio, pero los investigadores están convencidos de que Argentina está relativamente inexplorada, lo que significa que probablemente ésta no sea la última especie de abelisáurido que encontrarán.