La Afip logró descubrir una granja de minería de criptomonedas que se encontraba oculta dentro de una cámara equipada para refrigeración, en la cual supuestamente se almacenaba fruta, según había declarado el dueño de la misma.
Tras las tareas de investigación llevadas a cabo de manera conjunta por la Dirección General Impositiva y la Dirección General de Aduanas, se identificó a un contribuyente que había realizado la importación de equipos específicos para realizar minería de ciptomonedas utilizando la empresa de la cual es socio, valiéndose de la Capacidad Económica Financiera (CEF) de la firma para realizar la importación de bienes de una actividad no declarada.
En primera instancia, el contribuyente expresó ante los agentes fiscalizadores que dichos equipos los había vendido, sin recordar quiénes eran sus clientes.
Sin embargo, tras la insistencia de los inspectores concluyó en brindarle el acceso al sitio donde funcionan los mismos.
Durante el procedimiento se logró identificar la billetera virtual con la cual opera el contribuyente para la comercialización de las criptomonedas.
El domicilio en el cual se localizaron los equipos de minería figura a nombre de la madre del responsable, determinándose que el medidor registraba consumos relevantes de energía eléctrica, los cuales resultan concordantes con los generados por los procesadores y placas de video necesarios para el proceso de generación de criptomonedas.
Criptos en Argentina
En la Argentina, la minería de criptomonedas se popularizó a medida que los activos digitales fueron ganando protagonismo en el día a día de los argentinos para ahorrar sin límites ni cepo y se convirtió en una manera más de invertir en activos digitales de manera indirecta.
En esta línea, la rápida expansión de la actividad en el mercado local captó la atención gubernamental y de los entes que proveen servicios de energía en Tierra del Fuego.
Hoy, mediante la resolución 40/2022 publicada en el Boletín Oficial, anunciaron un nuevo aumento del 170% en la tarifa de electricidad mayorista de Tierra del Fuego a todos aquellos que minen activos digitales como Bitcoin, Ethereum y más.
Pero, ¿en qué consiste esta actividad y por qué es tan costosa en términos energéticos? La minería es, en palabras sencillas, un proceso tecnológico por el cual se procesan transacciones de divisas digitales y se dejan plasmadas en la cadena de bloques, que es la base tecnológica de todas estas inversiones virtuales.
Para minar criptomonedas, se necesita comprar tarjetas gráficas (estas son popularmente utilizadas para minar Ethereum) o mineros ASIC (un tipo de hardware y de máquina que fue creado específicamente para minar Bitcoin).
Una vez adquiridas, se conectan a la red mediante plataformas específicas y comienzan a funcionar de manera automática y a generar ganancias.
Estos dispositivos son una parte fundamental de todo el sistema de criptomonedas que opera dentro de la blockchain (una estructura de datos atada en bloques que son dependientes entre sí) porque se encargan de ejecutar las transacciones y garantizan que el envío de dinero se haya realizado de manera segura y correcta.
Para validar y «minar» los intercambios de criptomonedas, los mineros dan resolución a problemas matemáticos complejos; y ganan una recompensa en retribución al tiempo y a la energía que gastaron por resolver dicha dificultad.
En la Argentina, estos equipos de minería se pueden adquirir y su precio depende de la velocidad que tienen para resolver estos problemas matemáticos.
Esta velocidad se conoce en el mundo cripto como «hash» y se trata de la unidad en la que se mide la potencia de procesamiento de una red blockchain.
A la hora de adquirir un «rig» de minería, es importante tener en cuenta el hash ya que a mayor velocidad, mayor ganancia. Pero también el precio será mayor.