Un momento ideal para engañar a los usuarios: el paro del gremio de los bancarios, el feriado largo y mucha gente desesperada por sacar efectivo de los cajeros automáticos. La Policía detectó uno de esos dispositivos tecnológicos, del tipo skimmer, para clonar las tarjetas de débito en un dispositivo ubicado en Eva Perón y Circunvalación, en el estacionamiento del Supermercado La Gallega de Fisherton.
Un llamado al 911 recibido en la tarde de este viernes encendió la alerta. Quien avisó dijo que habían colocado un artefacto de los denominados pescadores, dio la dirección y hacia allí fueron efectivos de la seccional 17a llegaron al lugar y constataron que se había intervenido el cajero. tras una comunicación, arribó personal del banco que gestiona la máquina, que retiró los dispositivos y normalizó la operación.
¿Cómo se hace?
El timador coloca en la ranura del cajero donde se inserta el plástico lo que se llama skimmer, una pequeña placa electrónica con sensor y memoria que lee la banda magnética de las tarjetas de crédito o débito que se insertan. Ni siquiera hay que fabricarlo, porque es de venta libre en comercios de electrónica. Junto con eso, disimulan en algún lugar del cajero, como el difusor de luz que rodea a la ranura, una diminuta cámara de video. En general son las que llevan los celulares, también de fácil adquisición. Este último dispositivo completa la captura de información, porque su lente apunta al teclado y graba el código de seguridad que marca el usuario. Con los dos datos, la información de la banda magnética y el Pin, se clonan las tarjetas «usurpadas» en otras vírgenes. Para esto, se utiliza otro dispositivo que codifica la información y genera las bandas magnéticas mellizas. Y ya está: ahora el estafador puede usar ese plástico para sacar dinero de un cajero, o hacer compras en negocios o por internet, en el caso de una tarjeta de crédito.
Una estafa reiterada en Rosario
En Rosario ya hubo varios detenidos por las mismas maniobras de fraude en los cajeros automáticos. En octubre del año pasado y a sólo un mes de su creación, la Unidad Fiscal de Cibercrimen del Ministerio Público de la Acusación informó sobre la recepción de 40 denuncias por robos a cuentas por el método de skimming. Los fiscales Matías Ocariz y Lucas Altare, a cargo de la dependencia, aclararon incluso que detrás de la cifra hay un número mucho mayor de casos, porque las entidades financieras afectadas, si es que no hubo una denuncia judicial del cliente, prefieren ocultar esa información para no desacreditarse ante la falla de seguridad. Directamente arreglan con los usuarios estafados la devolución del dinero usurpado o alguna otra compensación.
Un mes después, en noviembre de 2017, hubo dos detenciones y una tercera imputación de acusados de fraude por la modalidad skimming, todas de ciudadanos extranjeros. El brasileño Alexander Jose O., de 41 años fue apresaddo en el cajero de la red Banelco ubicado en bulevar Oroño y Salta, tras una denuncia del personal de seguridad de la entidad. A Martín Assenov, un búlgaro de 26 años, lo detuvieron con las manos en la masa, colocando los dispositivos, en una máquina de San Lorenzo 1328.
El caso del también brasileño Leandro Lopes Carvalho, de 22 años, es un poco diferente. Las denuncias en su contra eran anteriores y ya estaba identificado por la Unidad de Cibercrimen pero había caído en la ciudad de Buenos Aires por otro hecho similar a los 13 detectados en Rosario como de su autoría.