Más de 65 mil mujeres coparon la ciudad y en la mañana de ayer colmaron el Monumento Nacional a la Bandera para dar inicio al Encuentro Nacional de Mujeres que en su 31º edición tiene como sede a Rosario. Durante tres días mujeres que llegaron de todos los rincones del país, en grupos o solas, con hijos, maridos y amigas, se reúnen para abordar las principales problemáticas que afectan al género. La situación económica y el desempleo serán uno de los ejes centrales que recorrerán los 69 talleres, que junto con las más de 100 actividades culturales, están dispuestos para este fin de semana en el que la ciudad será de las mujeres.
El paisaje urbano no es el mismo. Se ven mujeres en la calle, en los quioscos, en los colectivos, en las plazas, en los almacenes. Unas preguntando direcciones, otras pidiendo tarjetas para viajar en el transporte público. Con mochilas y cámaras de fotos. Hablando entre ellas, cantando o alzando una bandera. La 31ª edición del Encuentro Nacional de Mujeres tiene por tercera vez como sede a Rosario.
El día de ellas
Ayer, el día las recibe con sol y un cielo despejado. Son más de las 9 y los primeros grupos de mujeres comienzan a acomodarse para encontrar un buen lugar en el acto de apertura, previsto para las 10. De todas partes del país, las mujeres llegaron y se van acercando al Monumento Nacional a la Bandera, el lugar designado, donde por primera vez después de largos meses de preparación estarán todas juntas.
“Durante tres días esta ciudad va a ser nuestra, de todas las mujeres”, exclama una integrante de la comisión organizadora del encuentro, luego de la lectura del documento en el acto de apertura. El texto sintetizó las principales problemáticas que afectan al género, teniendo en cuenta las particularidades de Rosario como sede del encuentro.
Así, las organizadoras hicieron referencia a la situación local y provincial, al alto nivel de desocupación en el sur de la provincia, al que calificaron como “territorio de narcocriminales con la complicidad policial, política y del Poder Judicial”. En ese marco, la declaración de consenso repudió la “militarización” de la ciudad, y “los más de 150 mil despidos, la inflación y los tarifazos que afectan a las mujeres como sostenedoras de hogares”.
El documento cuestionó además la criminalización de la pobreza social y manifestó el rechazo a la suba en la edad jubilatoria. Denunció el acoso sexual en el trabajo y solicitó la licencia por familiares enfermos y la incorporación de jardines maternales. Las mujeres reclamaron representación en lugares claves de toma de decisiones y reflejaron el padecimiento de las mujeres de los pueblos originarios, “a quienes la sociedad margina”.
También exigieron”la soberanía sobre el cuerpo y el territorio”, y criticaron a la Justicia que “garantiza la impunidad de los violentos y femicidas”. Pidieron el acceso a la salud, educación y trabajo de las mujeres trans “y de todas las identidades autopercibidas”.
El discurso de apertura pidió también una ley de interrupción del embarazo voluntario y exigió la absolución para Belén, la joven de Tucumán que fue a prisión por un aborto espontáneo, al igual que para Yamila en Rosario.
El lema “Anticonceptivos para no abortar, aborto legal para no morir”, encontró eco en la enorme tribuna de mujeres que prontamente comenzó a entonar el cántico.
A lo largo del documento que fue pronunciado por un grupo de las organizadoras se recordó a mujeres que representaron la lucha de género y a víctimas de violencia y crímenes de género como Sandra Cabrera, Paula Perassi, Lohana Berkins y Diana Sacayán (activistas trans asesinadas), Matilde Sánchez (niña qom muerta por hantavirus), Elsa Godoy (madre de Franco Casco), Belén y Yamila (las jóvenes acusadas en Tucumán y Rosario por un abortos espontáneos).
Al finalizar, las miles de mujeres entonaron el Himno para dar paso a un conjunto musical y una murga de mujeres con las que cerró la primera parte del Encuentro, que continuó por la tarde con la actividad “Orgullosamente Torta”. Y también los talleres, que abarcan desde el género a prácticamente todas las temáticas sociales e individuales y que continuarán hasta mañana, cuando nuevamente las mujeres se congreguen en el Monumento para leer las conclusiones y elegir juntas la sede del próximo foro.
“Apostamos a las que aún no están organizadas”
“Ha venido mucha gente por su cuenta, hasta pidiendo alojamiento en escuelas. Se organizan en comisiones amplias para viajar, donde se reúnen las mujeres de los barrios y juntan recursos para organizar el viaje. Pero apostamos a esas mujeres que aún no están organizadas”, explicó Laura Delmonte, miembro de la comisión organizadora del 31º Encuentro.
“Rosalía Benítez, sobreviviente de un femicidio y compañera de Amas de Casa del país, me decía que antes de lo que le pasó no sabía que las mujeres se podían organizar para luchar. Ella es la expresión de un montón de mujeres que tienen que venir al encuentro. Las organizaciones dan cuenta del grado de avance del movimiento de mujeres que cada vez nos vamos organizando más”, celebró Delmonte.
En cuanto a los ejes principales de este encuentro, la dirigente señaló que la problemática de la crisis, la desocupación y el hambre teñirán todos los talleres del encuentro. “El año pasado hubo 25 talleres de femicidio y violencia. Entendemos que este año se va a replicar de la misma manera la problemática porque no se ha resuelto y cada vez gritamos más sobre estos problemas. La lista de talleres tiene 69 títulos distintos, donde está toda la variedad de necesidades de las mujeres”.
«El ajuste recae sobre nuestras espaldas»
“La ciudad se vistió de mujer. Van a ser tres días de mucho debate en un año particular para las mujeres donde estamos afrontando un ajuste que recae con mayor fuerza sobre nuestras espaldas por el lugar que ocupamos en la sociedad donde somos las más afectadas”, explicó al El Ciudadano la militante de género Majo Gerez, también miembro de la comisión organizadora del 31º Encuentro.
“Entendemos que el ajuste también es violencia. Cuando venimos de movilizaciones masivas como el «Ni una menos» es importante remarcar que muchas veces es muy complejo para las mujeres en momentos de ajuste económico ganar autonomía económica, que si está en una situación de violencia de género le permita sortear un futuro mejor. Por eso nos preocupa y entendemos que la violencia es integral y necesitamos políticas de salud y exigimos que se legalice el aborto porque cientos de vidas se van al año, sobre todo de mujeres pobres porque no pueden acceder a mejores condiciones, porque los abortos se hacen igual”, sostuvo.
“Tenemos que garantizar el acceso al trabajo porque seguimos percibiendo menor salario y estamos más expuestas a la desocupación en relación con los varones, además de que no se nos reconocen las tareas de cuidados que garantizamos y así en un sinnúmero de espacios. Además este encuentro nos permite atravesarnos desde las identidades que construimos, desde las realidades tan distintas por las que cada una viene, con su historia, y la vuelca a un encuentro con otras, a saber que no está sola y nos podemos apoyar entre nosotras. Esa es la potencia de este espacio que tiene más de 30 años y se ha convertido en el evento más masivo y federal desde la vuelta a la democracia, donde las mujeres somos las protagonistas”, concluyó Gerez.
“Orgullosamente Torta” fue el lema de la primera marcha
En el marco de las actividades culturales del 31º Encuentro Nacional de Mujeres en la ciudad y bajo el lema “Orgullosamente Torta”, se realizó ayer en la plaza 25 de Mayo –ubicada en Córdoba y Laprida– una marcha posterior con el objetivo de visibilizar la realidad de los colectivos de la diversidad sexual.
La plaza 25 de Mayo estuvo colmada de mujeres y de pocos hombres. La mayoría de las femias estuvieron coreando y bailando al compás de la música en el pequeño escenario ubicado en una de las esquinas de la plaza.
Otros grupos de chicas, optaron por sentarse en bancos o en el piso; otras recorrían los puestos de los vendedores: allí se podía comprar desde mochilas, imanes para la heladera, llaveros, monederos y hasta zapatos.
Anahí y Camila –ambas de 25 años– viajaron desde Córdoba a Rosario para participar del encuentro y estuvieron de acuerdo en algo: “Es un encuentro único y lo que más nos gustó fue la variedad de los talleres”, aseguraron las chicas.
La marcha partió a las 19 desde el mural “Rosario libre de lesbofobia” en avenida Illia y Sarmiento y continuó por Sarmiento, Santa Fe, hasta la Plaza 25 de Mayo, en Córdoba y Laprida, donde se realizó un festival con las bandas Horregias, Cati, Frazadas medias bajas, Las rimandas, Daniela Trovati, Bife, Chocolate Remix, y Kumbia Queers. Además, hubo un espectáculo de stand up a cargo de Adriana.