Apartado de la línea de confrontación marcada por el canciller Héctor Timerman, el ministro de Defensa, Agustín Rossi, cumplió ayer una visita oficial a su par uruguayo Eleuterio Fernández Huidobro. La tensión con la Banda Oriental reverdeció a raíz de una nueva decisión de la pastera UPM de aumentar la producción de celulosa. La posición de la administración ante el aval del presidente José Mujica a la decisión comercial de la compañía finlandesa se anunció el viernes 13 de junio a través de una nota que Timerman envió al Ministerio de Relaciones Exteriores de Uruguay. En esa carta, también informó que revisará la relación ministerio por ministerio y más tarde declaró que el país acudiría nuevamente a la Corte Internacional de La Haya.
En medio del clima diplomático enrarecido, Rossi se propone revitalizar el diálogo con Fernández Huidobro en temas de la agenda bilateral. ¿Vestirse de paloma tendrá una estrategia de gobierno atrás? Es cierto que el cruce del ministro a la vecina orilla estaba pactado con anterioridad, pero también lo es que luego del enfrentamiento con los buitres lo último que querría la Casa Rosada es una escalada mediática militar con Uruguay.
La Dirección Nacional de Inteligencia Estratégica Militar (Dniem) y otras agencias nacionales del mismo sector que auscultan el escenario de la disputa mantienen observado el proyecto del ministro Fernández Huidobro de construir una base naval en la cabecera del Puente Internacional General San Martín, que une la localidad uruguaya de Fray Bentos con la Argentina. El emplazamiento se ubicaría en un predio de 30 hectáreas que la Armada uruguaya dispone en proximidades de la pastera UPM. Allí se apostarían fusileros navales (tropa de Infantería de Marina) y embarcaciones de patrulla. Hay indicios para esa preocupación.
El ex presidente Tabaré Vázquez, el favorito para suceder a José Mujica en las elecciones presidenciales de octubre, reconoció por TV en 2011 que durante el conflicto con la Argentina por la planta de celulosa consideró la hipótesis de una guerra entre los dos países, y que incluso llegó a hacer gestiones con el gobierno norteamericano del republicano George W. Bush en busca de apoyo externo.
Tecnología vernácula
En la valija de buenas intenciones Rossi, junto al secretario de Ciencia, Tecnología y Producción, Santiago Rodríguez, llevó el catálogo del flamante Radar Primario Argentino (RPA), tridimensional de largo alcance fabricado por el Invap para vigilancia y defensa aérea. Ofreció el desarrollo electrónico criollo –especialistas del sector dicen que está al mismo nivel de sus competidores extranjeros– con transferencia del software que evita interferencias y bloqueos de la señal de emisión (jamming, en inglés).
Convenio por el aire
La Argentina y Uruguay firmaron en agosto de 2012 un convenio de cooperación para combatir ilícitos transnacionales que utilizan la aviación civil. Se buscó cerrar el frente al contrabando, al tráfico de dólares, de drogas, la trata de personas entre otros delitos que se cometen usando avionetas que cruzan la frontera a uno y otro lado burlando el control de las autoridades.
En la reunión de trabajo, Rossi insistió con la adopción de respuestas regionales para la preservación de los recursos, con Uruguay se comparten espacios marítimos e hidrográficos de interés por la pesca y la explotación de hidrocarburos, ambos impactan en otro tablero donde Uruguay juega un papel de interés: la controversia con Gran Bretaña por la soberanía de las Malvinas.
Gauchito
Huidobro y Rossi expresaron a la prensa los primeros resultados de las pruebas y ensayos del vehículo militar liviano Gaucho, que fue cedido a Uruguay en 2013 en el marco de un acuerdo entre los dos ministerios. El Gaucho es un desarrollo de los ejércitos de Argentina y Brasil, que aún no tiene mercado.
Además, en el club de la Fuerza Aérea uruguaya, el subsecretario Jorge Menéndez trató junto con el subdirector de Asuntos Internacionales, Roberto De Luise, la colaboración en misiones de paz y en operaciones combinadas.