Arísitides Álvarez es el director del Instituto Superior Nº 9045 Zona Oeste, ubicado en Santa Fe y Sucre, y uno de los referentes más importantes de la ciudad sobre la problemática de grooming y ciberbullying –las nuevas formas de acoso escolar–, y también sobre el uso eficiente de las Tecnologías de Información y Comunicación (TIC’s). “Estamos hiperconectados todo el día, pero ¿somos conscientes de los riesgos a los que nos exponemos?”, se pregunta el docente ganador de un concurso organizado por el portal Misiones Online, donde fue postulado por sus propios alumnos. Su trabajo fue el más votado por el público y recibió el premio de Docente Innovador. El certamen, reconocido a nivel nacional, tiene por objetivo otorgar una mención a maestros que promuevan el uso de las tecnologías en el aula.
—¿Cuándo comenzó su trabajo sobre estos temas?
—Cuando tomé la dirección de la institución en el 2009, los alumnos me dieron una muestra de que eran descuidados con el uso de la información. Se exponían permanentemente con imágenes y videos. Un alumno filmó con su celular a otros compañeros cómo se golpeaban, lo subió a las redes sociales y allí comenzaron las burlas. En vez de amonestarlo, decidí pedirle una acción reparadora, es decir, que hiciera un video sobre el clima escolar. No sólo logré que Nahuel se arrepintiera, sino que lo ayudó a que encontrara su vocación: el cine.
—¿Qué es el grooming?
—Es algo que se da cuando un adulto contacta a un menor de edad a través de las redes sociales. Mediante la manipulación o el engaño, oculta su condición de adulto para obtener un consentimiento de índole sexual. Puede terminar muy mal, en trata de personas, en secuestros, en homicidios y en violaciones. En nuestro establecimiento hubo un caso de una chica de 13 años que estuvo desaparecida durante dos días. Finalmente, apareció con vida, pero fue un caso que nos marcó y mucho. La ley de grooming se sancionó en 2013 y penaliza a un adulto que acose a un menor con penas de seis meses a cuatro años de prisión. Si hay contacto físico, la pena es mayor.
—¿Y el ciberbullying?
—Es una extensión del acoso en los medios tecnológicos: una persona (el acosador) trata de debilitarle la autoestima a otro a través de mensajes amenazantes o intimidatorios. Ocasiona daños irreparables. Por ejemplo, a un chico puede bajarle la autoestima, fracasar en la escuela y en sus relaciones interpersonales. Si no se soluciona a tiempo, cuando son adultos tienen problemas para relacionarse con otros adultos o pueden sufrir acoso laboral. Los casos más extremos terminan en intentos de suicidio. También en homicidios: hay muchos casos de chicos que no encuentran otra forma de responder que no sea de forma agresiva. Hubo casos en los que fueron con armas a la escuela y le dispararon a los compañeros. No es un tema menor.
—¿Cómo tratan al tema desde las políticas públicas?
—En todas las escuelas debería haber un gabinete psicopedagógico que apoye con profesionales idóneos. No hay cargos para esto, no hay recursos y queda determinado a lo que puede hacer cada colegio. Con los alumnos de nuestra institución vamos a la esuelas que nos llaman y damos charlas. Por ejemplo, Facundo, habla de cómo configurar el Facebook, el Twitter, Instagram y Snapchat. Otro grupo hace Freestyle. Es un estilo en que se hacen las letras del rap y se caracteriza por improvisar a la vez que se rapea, expresándose en contra de la violencia. Da muy buenos resultados. Cuando los chicos le hablan a sus pares escuchan más.
—¿Es fundamental el diálogo de los padres con los chicos?
—Es un trabajo codo a codo entre la familia y la escuela. No hay que negarles el uso de la tecnología, hay que usarlas con ellos y acompañarlos con la mirada de adultos. Si el chico no quiere ir a la escuela, pierde el apetito, no quiere salir y está pendiente del celular o de internet, hay que preguntarle qué le pasa, hablar con los docentes, preceptores, no victimizarlos ni tomar represalias. Si los padres encuentran evidencias en la computadora hay que guardarlas, capturar las pantallas y hacer la denuncia en Fiscalía. Desde el anonimato es más fácil hacer daño.
Premio Docente Innovador
Facundo Quiroga cursa cuarto año en el Instituto Zona Oeste y fue quién postuló a Arístides Álvarez para el certamen que realizó el portal Misiones Online.
El docente hace un fuerte trabajo con los adolescentes en prevención y buen uso de las herramientas de las redes sociales. Desde hace varios años realiza charlas y capacitaciones para padres y alumnos sobre convivencia escolar, dictando estrategias para abordar el bullying dentro y fuera de la escuela.
El concurso por el premio al Docente Innovador tuvo por modalidad la interacción con las redes sociales, donde los mismos alumnos debían contar la historia y hacer campaña para lograr que su docente sea el más votado.
El premio fue un fin de semana en las Cataratas del Iguazú con todo pago.