Este lunes desde el Sindicato de Peones de Taxi de Rosario surgieron fuertes críticas a Uber, el servicio de transporte entre personas que funciona a partir de una aplicación de dispositivos móviles o app. «Conocemos con claridad cuál es el método Uber para imponerse en el mercado con evasión y precarización”, escribieron en un comunicado y completaron: “Seducen a un sector de trabajadores desocupados o decepcionados del mercado laboral tradicional bajo la oferta engañosa de ser sus propios jefes, de tener horarios flexibles y de toda clase de falsas expectativas. Pero a la hora de los hechos la realidad es otra: jornadas sin ningún tipo de regulación y desamparo absoluto frente a la ley».
Según explicaron desde el gremio, la compañía que intentó varias veces empezar a funcionar a pleno en Rosario responde a una transnacional que transgrede fronteras y legislaciones poniendo en riesgo los derechos laborales de las personas. «El servicio de taxis sí está sujeto a regulaciones de los distintos estamentos del Estado y está alcanzado por los deberes de las leyes laborales con un convenio colectivo de trabajo que debe ser acatado y cumplido a rajatabla. En esa lucha nos encontramos desde hace un tiempo», sumaron desde el gremio.
Lo barato es caro
Desde el sindicato explicaron que los costos de los viajes, sensiblemente menores que los servicios de transporte regulados, se construyen en base a las condiciones paupérrimas de los trabajadores. “El propósito de estas aplicaciones va más allá de la ganancia extraordinaria de no pagar impuestos, ni cargas patronales, ni obra social, ni ART, ni seguros», señalaron y completaron: «En su naturaleza transnacional son mucho más que empresas: son parte del poder económico global y generan condiciones para la explotación en los países que van ocupando».
De acuerdo con el gremio de peones, este tipo de servicio privado hace su aparición con la complicidad de gobiernos alineados a las políticas de bajar los salarios, reducir las cargas patronales, debilitar la organización de los trabajadores, y desarticular los sindicatos como actor clave de negociación salarial y de movilización popular. «Nuestro gremio no permitirá que ese laboratorio funcione también en nuestra ciudad y mucho menos que vuelva a hacer ensayos con la dignidad de toda la clase obrera de nuestro país», cerraron desde el sindicato.
Desde mitad de 2021 el Concejo debe definir si los servicios como Uber o Cabify pueden funcionar en la ciudad.