Por Juan Pablo Sarkissian
«Me parece que Ñubel no quiere ganar, tiene ganas, tiene ganas de cobrar”. El cántico, que atravesó el Coloso Marcelo Alberto Bielsa tras el cuarto gol de Huracán, de algún modo sorprendió y sacudió el estadio del parque Independencia.
En primer lugar, porque la afirmación, contundente, se originó en la tribuna inferior Diego Armando Maradona, es decir, donde se ubica la actual barra, “Los Leprosos”.
Pero, tal vez, lo que más alteró la noche del martes fue el término “cobrar”, que como todos sabemos tiene, en estas latitudes, una doble acepción.
A decir verdad, el clima se enrareció, y mucho, con el tercero del Globito. En ese contexto circularon de manera potente las ya clásicos “Movete” y “Jugadores”, pero también cánticos contra la comisión directiva rojinegra, en la figura de su presidente Ignacio “Nacho” Astore.
Y aquí otra curiosidad: los primeros alaridos que aludieron a Astore, también surgieron de “Los Leprosos”. Raro.
Con el 4 a 1 a favor de Huracán se presagiaba lo peor, cientos de hinchas de la Diego Maradona salieron disparados, especulación tribunera, hacia el playón donde se ubican los autos de jugadores.
El equipo en la cancha hacia lo que podía en un partido que hacía rato estaba roto.
Huracán, cómodo con la ventaja, decidió no atacar y dejar transcurrir el tiempo. NOB era un conjunto de voluntades dispersas con escasa coordinación.
Con todo, con voluntad y algo de sacrificio llegó el segundo gol rojinegro. Y la tensión se aflojó. Quedaba algo más 10 minutos, más lo que agregaría el árbitro. Pero nada interesante sucedió.
Antes hubo un partido donde NOB debe haber jugado los mejores veinte minutos de todo el torneo, pero, sin embargo, a los 30 minutos perdía dos a cero. Cosas del fútbol.
Y de los jugadores. Una defensa que no defiende bien, con errores tácticos y técnicos, incluido el arquero, claro está.
Un equipo con dos caras: una para defender (mal) y otra para atacar (bastante bien).
El técnico, Ricardo Lunari, también aportó a la confusión, y de esa manera es complicado conseguir un buen desempeño que desemboque en una victoria.
Porque Huracán tampoco tiene un juego demasiado importante, lo cual expone de manera brutal al equipo del Parque.
El fútbol depende de los jugadores y también del técnico, que debe ordenar, también en su doble acepción, el devenir del juego.
Es cierto, el contexto juega (y cómo) y también el azar (incluido el árbitro).
Da la sensación que el problema de NOB no es sólo futbolístico, lo que aparece más claro es que no hay un proyecto que marque cuál es camino a seguir.
El legado del 2013 se dilapidó rápidamente y no aparece en el horizonte una nueva hoja de ruta.
Como sea, este próximo sábado hay otro partido, con Gimnasia y Esgrima en La Plata.
Las expectativas son escasas, pero la esperanza siempre está. Al menos consolidar lo positivo para no seguir cayendo.
Así las cosas, habrá que aferrarse con fuerza a José Ortega y Gasset con su famosa reflexión: “El hombre y su circunstancia”.