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Desde la UNR estudian alternativas para mejorar la movilidad

Un grupo del Instituto de Estudios de Transporte hizo un análisis de las políticas locales y ofrecieron tres proyectos para lograr servicios más amigables para el ambiente y las personas

Eric Monetti – Universidad Nacional de Rosario (UNR)

La ciudad de Rosario, al igual que muchas otras urbes del mundo, ha sufrido grandes cambios a lo largo de estos últimos años. Diferentes factores como el contexto socio-económico y los avances tecnológicos han ido transformando los modos en que rosarinos y rosarinas habitan y viven la ciudad. Uno de los factores que mayores cambios ha suscitado ha sido el de la movilidad. Diferentes decisiones tomadas por quienes encabezan las áreas de Transporte y Movilidad de la Municipalidad de Rosario han respondido a la necesidad de organizar nuevas formas de moverse a través de la ciudad con el objetivo de que la misma sea habitable e inclusiva. Implementaciones como la de los carriles exclusivos, las nuevas áreas de estacionamiento medido, la instalación del sistema de bicicletas públicas o de diversas redes de ciclovías han sido las bases de un cambio cultural que día a día transforma la vida de muchas personas que habitan la ciudad. Respondiendo al interés de estudiar la Movilidad, hace alrededor de 30 años se fundó el Instituto de Estudios de Transporte, una entidad dependiente de la Facultad de Ciencias Exactas, Ingeniería y Agrimensura de la Universidad Nacional de Rosario (UNR). Su objetivo es realizar un abordaje interdisciplinario y desde distintas ópticas a la temática a través de las funciones académicas de investigación y de asistencia técnica.

El proyecto

Laura Pagani, ingeniera civil encargada del proyecto, explica que la investigación surgió a raíz de una inquietud particular. “Veníamos en el Instituto haciendo otras investigaciones de políticas públicas en transporte. A su vez habíamos participado en la revisión del Plan Integral de Movilidad de Rosario y de algunas otras investigaciones”, dice y agrega: “Cuando sumamos nuevos profesionales al equipo de investigación nos permitió abordar el tema desde diferentes disciplinas, aportando otras visiones, como ser desde el desarrollo urbanístico y territorial y el concepto de sustentabilidad. Nos pareció que podíamos ocuparnos también de cómo atender el problema de las ciudades intermedias como Rosario, enfocándonos en el área de Movilidad y en cómo podíamos transformar esta área en una actividad sustentable para la ciudad”.

El principal objetivo del proyecto denominado “Estudio de Intervenciones Urbanas para lograr una Movilidad Sustentable” es realizar un estudio acerca de las intervenciones urbanas aplicadas a distintos modos de transporte en las ciudades del mundo que cuenten con características similares a la ciudad de Rosario. Según explican desde el equipo de investigación, el plan del estudio es explorar las intervenciones urbanas aplicadas a los distintos modos de transporte para lograr una movilidad sustentable. “Entendemos por movilidad al conjunto de acciones por las cuales se desplazan personas y bienes. Cuando la adjetivamos como sustentable, lo hacemos poniendo el foco en los tres pilares básicos de la sustentabilidad: el económico, el social y el ambiental”, explica Pagani.

El desarrollo

El estudio comenzó con la caracterización de la ciudad de Rosario, que entró en la categoría de urbes cuya principal problemática ha sido la de padecer de un crecimiento sostenido bajo el paradigma de un modelo de ciudades que concentra la mayor cantidad de actividades en un solo lugar. También se caracteriza por una expansión de áreas residenciales que se da en forma difusa, generando así una movilidad orientada hacia el uso del vehículo particular. “Esta situación no es sostenible, principalmente por una cuestión económica, energética y de espacio”, dice Pagani.

Ante este panorama, la investigación está dirigida desde la idea de movilidad sustentable apoyándose en el artículo 13 de la Declaración Universal de Derechos Humanos que garantiza que “toda persona tiene derecho a circular libremente y a elegir su lugar de residencia en el territorio de un Estado”. Eso genera la necesidad de fomentar y desarrollar espacios urbanos que sean aptos y equitativos para que todos los habitantes de una ciudad puedan elegir la forma en que realizan sus desplazamientos a fin de satisfacer todas sus necesidades.

Según un relevamiento realizado en Rosario y a través de la Encuesta Origen y Destino (2008), el promedio de ocupación de un vehículo particular es de 1,4 personas, siendo un uso muy poco eficiente del espacio urbano y en un derroche de consumo energético. Ante esta realidad, uno de los puntos claves que toca la investigación es el de la necesidad de que los habitantes de la ciudad tiendan a volcarse hacia medios de transporte más amigables ambientalmente. Algunas alternativas son la caminata y la bicicleta.

Además, la investigación incluye la necesidad de fomentar cada vez más el uso de un transporte masivo que sea más eficiente tanto en consumo energético como en la utilización del espacio urbano. Sería un cambio en la pirámide de movilidad, priorizando modos amigables ambientalmente y relegando al vehículo particular como el último elemento a tener cuenta, disuadiendo así su uso. Finalmente, el estudio sugiere también la implementación del tipo normativo, de una serie de intervenciones sencillas con diseños simples a través de las cuales se puede ordenar el espacio y reducir así la circulación de vehículos, dando prioridad a peatones o ciclistas.

“Los planes de Movilidad Urbana Sustentable son la herramienta que diseñan las ciudades para alcanzar sus objetivos. Estos están centrados en determinadas acciones y políticas a largo plazo. Son planes dinámicos que estudian necesidades, establecen objetivos cuantificables que una vez implementados, son medidos. En ese sentido, es fundamental que todo proceso de implementación sea cíclico y participativo, a fin de poder realizar una constante evaluación de indicadores y retroalimentando el diseño del plan con las mejoras o cambios que vayan sucediéndose”, explicaron desde el grupo de investigación.

Tres

Desde el Instituto de Estudios de Transporte se elaboraron tres posibles intervenciones que permitirían avanzar en el camino hacia una ciudad con una movilidad más sustentable. Es importante destacar que estas intervenciones no tienen carácter oficial ni fueron presentadas ante el Ente de Movilidad o ante autoridades de la Municipal de Rosario, sino que son fruto de la investigación y del trabajo interdisciplinario de estudiantes, docentes e investigadores. La primera de las propuestas fue denominada Anteproyecto Estación Intermodal Rosario Norte con criterios sostenibles y es el resultado de una inquietud de estudiantes de grado de la carrera de Ingeniería Civil que, a través de la presentación de un trabajo para la asignatura “Proyecto 4”, propusieron la creación de una estación intermodal ubicada en Oroño y Rivadavia, a metros de la Estación Rosario Norte. Fue pensada en el marco de una posible reactivación de los trenes urbanos en la ciudad. Sobre este proyecto, la arquitecta Cristina Cervera explica: “Se trata de un edificio que abarcaría a todos los modos de transporte sostenible que hablamos anteriormente y que se emplazaría en una zona que está vinculada peatonalmente con la estación de trenes, por lo cual sería ideal para poder realizar de manera sencilla el traspaso entre modalidades de transporte”. La profesional agrega: “Una de las particularidades que tiene este proyecto es que el edificio está diseñado bajo los criterios de sustentabilidad energética y teniendo en cuenta el impacto ambiental, proponiendo inclusive una terraza verde pensada para compensar el espacio verde utilizado para su propio emplazamiento”.

La segunda propuesta lleva por nombre Intervención en calle San Luis entre Italia y San Martín y fue ideada en base a un relevamiento donde se detectó una amplia ocupación del sector peatonal ocupada por puestos ambulantes, contenedores de residuos, trabajadores realizando trabajos de carga y descarga. Esa situación se agrava aún más si se tiene en cuenta que en dicha zona hay un tramo de la red de ciclovías, circulan 15 líneas del Transporte Urbano de Pasajeros y funciona el estacionamiento medido. “Veíamos una necesidad de reacomodamiento de todo ese espacio urbano. Propusimos una intervención en dos cuadras. En una ensanchando el área peatonal en la esquina y convirtiéndola en parada de colectivos, no afectando así al espacio de peatones y dejando un espacio de resguardo para contenedores y otro reservado para carga y descarga, con rotación y controles permanentes. En la otra, aprovecharíamos el ensanche realizado para ordenar y darles un marco de formalidad a los puestos de vendedores ambulantes. Para realizar estos trabajos, tendríamos que suprimir el estacionamiento medido y contemplar también el espacio para los boxes de bicicletas existentes. De esta forma, ordenaríamos la actividad comercial, solucionaríamos el problema de la doble fila y facilitaríamos el acceso peatonal”.

La última propuesta de intervención fue denominada Intervención en calle Sargento Cabral entre San Lorenzo y Avenida Belgrano y nace tras un relevamiento realizado en la bajada Sargento Cabral y a través del cual se detectó una falta de ordenamiento en lo que hace al estacionamiento de vehículos particulares y la existencia de cruces peatonales muy extensos con poca capacidad de refugio para peatones. Esta zona turística y comercial está muy desvinculada del cruce de peatonales, por lo cual se ideó una intervención a través de la cual conectar el espacio ubicado entre las calles San Martín y Santa Fe con la bajada Sargento Cabral a través de la implementación de una zona calma en la zona de San Martín y San Lorenzo, fomentando el mismo nivel para vehículos y para el uso peatonal. De esta forma, se recuperaría la calle Sargento Cabral para la realización de actividades sociales o gastronómicas. Esto podría complementarse con un ensanchamiento de la vereda y el ordenamiento del estacionamiento en la dársena central, acortando así cruces peatonales y agregando un área de espera para garantizar la seguridad de los peatones.

Desde el equipo de investigación entienden que la implementación de cambios de este tipo se encontraría frente a diversos focos de resistencia. “Es fundamental reunir a las partes interesadas y tratar de consensuar soluciones compatibles con los intereses particulares. Estamos convencidos de que un ordenamiento del espacio urbano trae aparejado un mejor funcionamiento para la ciudad y sus habitantes. El desafío estará siempre en poder demostrarlo”, explicaron los investigadores.

El equipo de investigación está conformado por Oscar Giovanon; Liliana Zeoli; Anibal Bigoglio; Cristina Cervera; Sabrina Fanelli; María Alejandra Ferreyra; María Laura Pagani; Santiago Tazzioli; Maura Diedrich; Cecilia Lombardo; Paola Ukic; Sofía Ramírez y Miguel Ángel Vinzia.

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