“Nunca es tarde para aprender”, bien puede ser el lema de una propuesta que por primera vez se abre en la ciudad: la Universidad Abierta para Adultos Mayores, una creación de la UNR, se presentó esta semana y comenzará a funcionar formalmente mañana. Las actividades, que irán creciendo durante los próximos meses, tendrán como principal objetivo fomentar el conocimiento de los que ya pasaron el medio siglo de vida, estén interesados en compartir conocimiento y en sumar o tomar desde cero, un aprendizaje en la materia que más les interese.
“Esto responde a un fundamento de la educación permanente, que tiene que ver con el derecho a educarse como todo ser humano y para toda la vida”, explicó a El Ciudadano Élida Penecino, docente en Psicología y coordinadora de la Universidad Abierta. La profesora recordó que si bien la idea había estado en bocetos de la UNR por años, hasta ahora no había sido realidad. “Hoy se encuentra en un buen momento para poder responder y poner en marcha la iniciativa: hay una demanda increíble y ni bien el rector anunció el proyecto, la gente se sumó masivamente”, sostuvo.
Por su parte, el rector Darío Maiorana manifestó que hacía falta “una propuesta gratuita” para los adultos mayores. “Más allá de los cursos que ha ofrecido y sigue promocionando Pami, muy pocas entidades se han encargado de expandir el conocimiento de nuestros abuelos”, sostuvo.
Ya en pleno lanzamiento, Penecino comentó: “En algún momento pensamos que esto, concretamente, iba a comenzar el año que viene, pero la demanda fue tan alta que nos obligó a comenzar estas actividades desde este lunes. Sabemos que la UNR tiene muchos años de experiencia en materia de educación, y reconocemos y confiamos que esta idea implica un desempeño y una metodología de trabajo mucho mayor, diferente, así que es todo un desafío al cual estamos felices de enfrentar”.
A su vez, Maiorana advirtió que no sólo se trata de fomentar conocimiento sino de aprovechar el tiempo que se gana en esta etapa de la vida, para poder brindarlo a la comunidad. “Lo novedoso de esta idea es que vamos a promover el voluntariado de adultos mayores, es decir, que ellos puedan donar parte de su tiempo libre en trabajos sociales que estén acreditados y dirigidos por la UNR, como acompañamiento de personas solas, apoyo escolar a chicos que lo necesiten, cuestiones que hacen a la recuperación de memoria histórica, es una modalidad que va a tener un alto impacto en la sociedad”, compartió.
Viejos… ¡los trapos!
Penecino fue clara al mencionar que se habla de adultos mayores a los que superaron determinadas decenas de años y que “tengan ganas de venir a pensar, a aprender y –los que ya tengan estudios realizados– a intercambiar conocimiento, porque tenemos muchos ex docentes que se sumaron desde su lugar de alumnos. Esto tiene que ver con un regocijo personal o bien para perfeccionarse, para variar sus actividades, es algo que tiene que ver con cosas que se han querido hacer y no se han logrado, esta idea y la inscripción de los adultos a esta universidad remite a una necesidad de tener un contenido académico que se sostenga en el tiempo y que se avance”.
Por otra parte, se conocieron algunos testimonios de los interesados. Tal fue el caso de Lucila, quien con su mirada refugiada en unos anteojos enormes con mucho aumento, dijo ir por la literatura. “Es una buena oportunidad para seguir aprendiendo, mis hijos se pusieron muy contentos cuando les dije que iba a retomar mis estudios. De jovencita no pude continuarlos y luego me dediqué a trabajar pero no dentro de mi pasión, y llegaron mis hijos y la vida me fue llevando para la casa, mi trabajo y la familia. Hoy tengo más tiempo para mí, soy jubilada, y me gusta la idea de aprender”.
En tanto, Hugo expresó: “Creo que nunca es tarde para aprender y espero que no haya sólo cursos sino que se capacite a la gente así podemos seguir sirviendo a la sociedad. Tenemos más de 50 pero aún podemos dar mucho a la comunidad. Me inscribí en el curso de biología y es un tema que me gusta y apasiona, creo que muchos de los que estamos acá no hemos tenido la posibilidad de estudiar a los 20 y ahora podemos hacerlo, inclusive estamos grandes, valoramos mucho más el tiempo que dedicamos al conocimiento”.
Miguel Ángel, por su parte, es arquitecto y siempre se sintió atraído por la filosofía, así que tomó la oportunidad que presentó la UNR.
A su lado, María del Carmen se tomó el emprendimiento con humor: “Hay gente que sabe más que nosotros y nos abre la mente, así que de ellos aprenderemos mucho o poco, pero aprenderemos. Tenemos muchas arrugas, un ritmo más pausado, escuchamos un poco menos que de jóvenes pero estamos y queremos seguir estando vivos. La verdad es que a esta edad tenemos varios problemas pero está bueno buscar cosas nuevas. Inclusive yo voy a un taller de la memoria y soy tan despistada que no me acuerdo de nada, pero la paso bien”, dijo entre risas.