Apoyo al gobierno iraquí, con todos los medios necesarios, en la lucha contra los extremistas del Estado Islámico (EI) y determinación para aplicar las resoluciones de la Organización de Naciones Unidas (ONU) contra el terrorismo, es el compromiso que sellaron ayer los participantes en la conferencia sobre la paz y la seguridad en Irak.
La conferencia de París, en la que participaron los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU y una decena de países árabes y europeos, se inicia en un contexto dramático a raíz de la decapitación, el pasado sábado, del británico David Haines, tercer rehén al que EI dio muerte en menos de un mes, después de los periodistas estadounidenses James Foley y Steven Sotloff.
El apoyo de las potencias, según el comunicado difundido al término del encuentro, “contempla una ayuda militar apropiada, correspondiente a las necesidades expresadas por las autoridades iraquíes y dentro del respeto del derecho internacional y de la seguridad de las poblaciones civiles”.
La veintena de países convocados en París subrayaron igualmente su determinación para aplicar las resoluciones pertinentes del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y se mostraron dispuestos a adoptar “las medidas necesarias para que produzca todos sus efectos”, informó EFE. “Se necesita una acción determinada para erradicar al EI, especialmente con medidas para prevenir la radicalización, coordinando la acción de todos los servicios de seguridad y reforzando la vigilancia de las fronteras”, señala el texto.