Al alarmante dato de desocupación que arrojó el último trimestre del año pasado (1,9% más que en el mismo período de 2017) se le suma la cantidad de argentinos que terminaron el 2018 buscando trabajo. El dato arrojó que entre los ya desempleados, y los que demandan más empleo porque no les alcanza con el que tienen, se sumaron 822 mil personas. Esto, y la caída de asalariados formales (pasaron del 49,3% de empleo al 48,3%), genera mayores niveles de precarización e informalidad.
Los datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) dan cuenta del resultado parcial de las políticas económicas de Cambiemos.
Dentro de los grupos que identifica como Población Económicamente Activa (PEA), visibiliza un fuerte aumento de subocupados (personas que teniendo empleo siguen buscando) y ocupados demandantes, que va del 27,3% al 32,9% entre el último trimestre de 2018 y de 2017.
Los números dan cuenta de una mayor cantidad de personas que no sólo que buscan tener un trabajo sino que necesitan otro para llegar a fin de mes. Fueron 259 mil desempleados, 355 mil ocupados demandantes y 208 mil subocupados demandantes.
Ese casi millón de personas buscando trabajo se nutrió en buena medida por los reconocidos 150 mil empleos asalariados menos durante 2018.
Esas pérdidas dan cuenta de una derrota para la formalidad, que pierde terreno ante el avance de la informalidad y la precarización.
El número en cuestión no incluye registros informales, aunque se puede estimar a partir de un cálculo de informalidad ampliada que arroja que cada seis formales hay cuatro informales.
Un dato a tener en cuenta entre los números que arrojó el Indec tiene que ver con el aumento de aquellos que están buscando empleo o en condiciones de sumar más horas de trabajo e incrementar sus ingresos. Hay tres categorías que reflejan esa situación, con crecimiento entre el último cuatrimestre de 2017 y de 2018. Los ocupados demandantes pasaron de 14,7% a 17,3%, los subocupados demandantes del 7,2% a 8,7%, mientras que los ocupados que no demandan pero están disponibles, del 5,3% al 6,5%.
Más precarización
El economista Martín Kalos se refirió a cómo llegó el mercado laboral a tener 822 mil personas buscando trabajo a fines de 2018. Explicó que en esa masa se encuentran “desempleados, subocupados demandantes u ocupados demandantes”.
Buena parte de ese número se explica como “efecto de una cantidad de despidos, alrededor de 150 mil puestos formales”, dijo Kalos. El resto se compone de aquellos que no tienen empleo, o sí, pero “salen a buscar trabajo por la pérdida de poder adquisitivo, que fue del 10% para registrados, y peor para esos no registrados”, describió.
Ese volumen de demandantes, no sólo indica un número abrumador de personas que quieren trabajar sino también implica una presión constante sobre quienes están trabajando.
Kalos analizó: “Tenés medio millón de personas más que se suman a buscar y eso deriva en la mayor factibilidad para despedir que tiene un vínculo precarizado”.
Para el economista el crecimiento de demandantes y disponibles va de la mano con la precarización laboral, ya que se lo asocia con la necesidad de contar con otro ingreso y aceptar condiciones por debajo de las de un empleo formal. De hecho aseguró que “en 2017 el mayor efecto sobre el empleo fue que su creación era precaria e informal”.
Análisis de la informalidad
La informalidad laboral es otra de las cuestiones que queda expuesta con estas mediciones. El doctor en sociología y magíster en sociología económica del Instituto de Altos Estudios Sociales de la Universidad Nacional de San Martín (Idaes-Unsam) Daniel Schteingart explicó que la informalidad se divide entre la restringida y la ampliada. Analizó que en el universo laboral existe un 75% de ocupados asalariados, y un 25% de trabajadores independientes.
“Si uno se queda con ese 75% de asalariados, ahí hay un 35% de informalidad”, sostuvo. En este caso la informalidad está representada por aquellos a los que el empleador no les hace los aportes jubilatorios, franja que se conoce como “el famoso tercio”.
Por otra parte explicó: “En la definición ampliada tenés ese 25% de independientes, ahí el criterio que se puede usar para medir informalidad es si son monotributistas o no”. Quienes lo son están considerados como formales porque aportan al sistema, distinto ocurre en el caso de aquellos que no los tienen, como los vendedores ambulantes. Para esta categoría consideró que “la mitad está en negro y la otra mitad en blanco”
De esta manera, con la informalidad restringida, Schteingart detalló: “Tnemos una relación de dos formales cada un informal”. Si se suma la informalidad ampliada, los independientes elevan el promedio hasta llegar a 45% de informalidad. Con este dato, “va a dar que por cada seis formales hay cuatro informales”.
Recuperación engañosa
El consultor en Investigación social e integrante de la consultora MyM Asociados Claudio Comari criticó la forma con la que el gobierno intentó recuperar puestos de trabajo perdidos el cuarto trimestre de 2018 y atenuar el número de desempleo. “El sector privado perdió 50 mil puestos el último trimestre, y el Estado creó 50 mil puestos, por lo tanto ese último trimestre tuvo un saldo casi neutro, hubo poca pérdida de trabajo registrado” explicó.
A través de un informe que elaboró la consultora de la cual forma parte, explica que esas 50 mil nuevas posiciones resultaron de 30 mil nuevos asalariados estatales, y en los más de 15 mil flamantes beneficiarios de programas de asistencia enrolados como monotributo social.
En el mismo período, hubo “una cantidad de puestos equivalente a las pérdidas acaecidas en el sector privado”, representados por “13.000 asalariados privados, 4.300 autónomos, casi 30.000 monotributistas y 1.400 asalariados de casas particulares”
Comari pidió tener en cuenta que los números que toma el Indec afectan a treintaiún aglomerados urbanos, lo que “representa al 65% del total de la población del país, y hay un 35% que no se está midiendo”.
Según explicó, lo que mide MyM Asociados afecta a un universo más amplio. En su última medición registraron la pérdida de 190 mil posiciones registradas, de 250 mil empleos no registrados y la imposibilidad de inserción de más de 300 mil personas que en 2018 y en lo que va de 2019 no ingresaron a la población económicamente activa.