El fenómeno inédito que ocasionó la pandemia en el mercado laboral argentino provocó que el nivel de desempleo durante el segundo trimestre no exponga todavía su peor cuadro. En el Gran Rosario, una caída no tan abrupta en la tasa de actividad del mercado laboral, permitieron tener una foto más precisa de la situación. La disparada de 7,3 puntos porcentuales (interanual) en el desempleo, tuvo correlato con una demanda de trabajo que se sostuvo a partir de una fase de cuarentena más flexible, algo que no sucedió en el resto de los distritos.
Hay un dato clave para entender la diferencia entre los datos nacionales y regionales, relacionado a la cantidad de gente desocupada que desistió de la búsqueda de empleo durante la cuarentena. A nivel nacional hubo una masiva retirada de personas del mercado laboral. Por el contrario en la región, la población sin trabajo mantuvo relativamente su demanda, un fenómeno que robusteció el dato de desempleo.
Para la Encuesta Permanente de Hogares, quienes no tienen un empleo y están en la búsqueda, son desempleados. En cambio, quienes no lo tienen, pero tampoco lo demandan, no se consideran desempleados.
El Gran Rosario fue uno de los aglomerados con mayores niveles de desocupación (17,9%), muy por encima del promedio general (13,1%). Uno de los factores que explica esa brecha es la cantidad de personas que se quedaron sin empleo pero siguieron buscando trabajo entre abril y junio de este año.
Ese 13,1% estuvo acompañado de una drástica caída en el nivel de actividad (gente que con o sin ocupación la están buscando activamente) en sintonía con la cuarentena. Esto se tradujo en menos personas buscando empleo, incluso aquellos que lo perdieron.
Por el contrario, el 17,9% de desocupación en el Gran Rosario se explica a partir de un nivel de actividad que no se redujo sustancialmente en la comparación interanual, pese a la pandemia. Es decir, gente que se quedó sin trabajo pero comenzó una nueva búsqueda.
Una variable fundamental
En diálogo con El Ciudadano, la politóloga y coordinadora de la Usina de Datos de la Universidad Nacional de Rosario, Paula Durán, advirtió que para el análisis de los datos recientemente publicados por el Indec, hay que tener en cuenta el tránsito por una situación inédita como es la pandemia.
Partió de la base de que una caída de 9,3 puntos porcentuales en la actividad interanual a nivel nacional es algo fuera de lo habitual, ya que en condiciones normales esa tasa no suele moverse demasiado.
En el caso particular del Gran Rosario, reconoció que la disparada de 10,3% a 17,9% interanual en el desempleo es un hecho preocupante, pero que responde a un escenario más certero, a partir de un nivel de actividad un poco más cercano a lo normal, con una caída interanual de 4,6 puntos porcentuales.
“Si bien hubo una gran retirada en la región, unas 56 mil personas aproximadamente, pudo haber sido mucho peor. Hubo un comportamiento distinto entre Gran Rosario y el resto, eso implica que la brecha entre los que quedaron trabajando y buscando trabajo es mayor”, explicó Durán.
Si bien es un hecho que la actividad en Gran Rosario durante el segundo trimestre no sufrió deterioro, no está tan claro el motivo de tamaña diferencia respecto a la media nacional. Desde la Usina de Datos de la UNR, consideran viable relacionar ese hecho a la flexibilización que permitió la región durante esos meses.
En ese sentido, la coordinadora del centro de estudios puntualizó: “La desocupación creció más de 7 puntos porque la población en Rosario no se retiró del mismo modo que a nivel nacional. Hubo gente que siguió buscando trabajo, porque había posibilidades de circular, o quizás no hubo otro modo de subsistir”.
Para graficar aún con más claridad esta situación, desde la Usina de Datos de la UNR elaboraron un gráfico que contempla un escenario alternativo, donde trasladan el nivel de actividad de la media nacional, al Gran Rosario.
Esa proyección pone en evidencia que con menos actividad, los niveles de desempleo en el Gran Rosario hubiesen sido más bajo. A la vez deja en claro que el promedio de desempleo a nivel nacional estuvo atravesado por una gran cantidad de personas que se retiraron del mercado laboral y no demandaron un trabajo.
Las restricciones preventivas por la pandemia acotaron esa posibilidad de demanda, un fenómeno que a nivel nacional arrojó datos que (a pesar de ser preocupantes) todavía no mostraron la peor cara del mercado laboral. Resta conocer un porcentaje de personas sin empleo, que durante la cuarentena no lo demandó, pero a medida que la situación se vaya normalizando, volverá a buscarlo y pasará a formar parte de los desocupados.
Los datos del Gran Rosario exponen un caso testigo, ya que mantuvo cierta normalidad en sus niveles de actividad durante la etapa de flexibilización entre abril y junio. Esa circunstancia posibilitó que aquellas personas que perdieron su trabajo salgan a buscarlo, y consecuentemente hagan subir el desempleo.
La proyección establece que cuando este comportamiento de la población se replique a nivel nacional, los números de desempleo se ubicarán en niveles más altos.
Sectores más afectados
En el Gran Rosario la tasa de desocupación sumo unas 56 mil personas entre el segundo trimestre de 2019 y mismo período de 2020. Se trata de quienes perdieron su empleo y empezaron a buscar uno nuevo.
Si bien todavía no se conoce el detalle de las características de esas pérdidas en la región, se puede hacer una proyección de acuerdo a lo que sucedió a nivel nacional para detectar qué categoría de trabajadores se vio más afectada.
Según el Indec, las pérdidas más importantes se registraron en el sector informal. El nivel de los asalariados informales, pasó de 34,5% a 23,8%, mientras que los registrados se mantuvieron casi en el mismo porcentaje en la comparación interanual.
Paula Durán ratificó que a nivel local la disparada en el desempleo se explica a partir de las pérdidas en el sector cuentapropista y de asalariados informales. “Es la población que fue al Ingreso Familiar de Emergencia (IFE), es una relación directa”, destacó.
Estas son las categorías que van a comenzar a presionar sobre el mercado laboral a medida que se estabilice la situación en relación a la pandemia. La variable a observar para proyectar una recuperación en la economía será la demanda, hasta ahora castigada por la pérdida de poder adquisitivo.
“Si hay una concentración de la economía y de la demanda, el sector informal está complicado. Será un proceso complejo ya que el deterioro de ingresos por aumento de precios, va a enfriando esa demanda”, evaluó la coordinadora de la Usina de Datos.
En relación a esos dos sectores consideró que “el cuentapropista puede seguir ganando menos, pero se ajusta por ingreso, en cambio el informal está más complicado, ya que se trata de empleos que quizás no vuelvan a ser demandados”.