La Justicia rechazó la demanda que un hombre inició contra un médico porque le implantó una prótesis peneana que funcionó “sólo” durante nueve años; tampoco se hizo lugar a la presentación de la esposa, quien pretendía un resarcimiento económico por daño moral. La razón principal de la denegación es el tiempo transcurrido entre el momento en que el paciente comenzó a notar deficiencias en el funcionamiento y la interposición de la demanda.
La decisión fue adoptada por la sala 3ª de la Cámara de Apelación en lo Civil y Comercial, integrada por los doctores María del Carmen Álvarez, Darío Cúneo y Mario Chaumet, quienes no hicieron lugar al recurso de apelación que Oscar G. y su esposa elevaron luego de no quedar satisfechos con la decisión que había tomado un juzgado de primera instancia en 2008.
En octubre de 1988, Oscar G. se hizo colocar una prótesis peneana para obtener un mejor rendimiento en sus relaciones sexuales. Y todo marchó sin problemas hasta nueve años después, en 1997, cuando comenzó a notar que el implante ya no tenía la misma efectividad de antes; por esta razón, inició acciones legales contra el médico que lo trató y un reconocido sanatorio de la ciudad, donde se practicó la cirugía. No obstante, la acción la inició recién en 2003, mucho tiempo después de los dos años que fija la ley como límite para presentar una demanda, lo cual resultó clave para que la Cámara desestimara el pedido de indemnización planteado por el paciente, quien pretendía cobrar 40.000 pesos por daño moral y otros 20.000 pesos por daño material; también su esposa solicitó un resarcimiento de 20.000 pesos por daño moral, que fue denegado.