Florencio Randazzo, aseguró hoy que «no hay ninguna posibilidad de divorcio» entre el Gobierno y la CGT y destacó que el motivo es que la administración kirchnerista «tomó al trabajador como eje central de sus políticas».
«No debería haber ningún inconveniente porque la Presidenta (Cristina Kirchner) no es imparcial, juega siempre junto a los más débiles», afirmó el funcionario en declaraciones a un matutino porteño.
En ese sentido y arrojándole presión a la CGT para que no impulse un paro y acepte negociar una pauta salarial menor a la de años anteriores, Randazzo dijo que confía en «que no habrá inconvenientes si los representantes de los trabajadores cumplen su rol».
El ministro se expresó así cuando la relación del Gobierno con la central obrera que lidera el camionero Hugo Moyano no atraviesa su mejor momento, por reclamos sindicales que no son atendidos por la jefa de Estado, como el reparto parcial de las ganancias empresarias entre los trabajadores.