Pablo M., el docente de la Escuela Orquesta Barrio Ludueña que en octubre fue imputado por acosar sexualmente a dos alumnas de 13 y 16 años fue cesanteado a principio de mes de su cargo en la Municipalidad. El decreto lo firmó la intendenta Mónica Fein y el secretario de Cultura, Guillermo Ríos, a cargo del área donde trabajaba el hombre que se dedicaba a enseñar chicos y chicas de entre 3 y 18 años. Le había iniciado un sumario administrativo. En paralelo, la causa penal sigue en trámite. Desde las familias de las alumnas dijeron estar satisfechas con la decisión y aseguraron que continuarán con el pedido de justicia. El proyecto de la escuela nació en 2006 y fue votado en el Presupuesto Participativo (PP) para incorporar a jóvenes al aprendizaje de los instrumentos de la música clásica y los pormenores de la práctica orquestal.
A mediados de octubre la asesoría jurídica de la Secretaría de Cultura separó a Pablo M. de su cargo y lo suspendió por dos meses. Los padres de dos alumnas lo habían denunciado en junio de 2018 de haber acosado sexualmente de ellas durante las clases de contrabajo en las prácticas que se dan en tres lugares: la escuela N° 1027 Luisa Mora de Olguín (Humberto Primo 2401, entre Larrea y Camilo Aldao), el Centro Municipal de Noroeste Olga y Leticia Cossettini (Provincias Unidas 150 bis), y la escuela Particular Incorporada N° 1182 San Luis Gonzaga (Carrasco 2545, entre Teniente Agneta y Pedro Lino Funes).
La denuncia quedó en el distrito Noroeste y en la Comisaría de la Mujer. Las respuestas tardaron en llegar y los padres fueron a golpear las puertas del Concejo Municipal, donde la edila Norma López los acompañó en la presentación ante la Justicia provincial.
El 23 de octubre la jueza Melania Carrara aceptó la acusación de la fiscal Noelia Ricardi contra el docente. Lo imputó por abuso sexual simple y exhibiciones, un delito que lleva entre seis meses y cuatro años de prisión, según el artículo 119 del Código Penal. Él quedó en libertad, pero la jueza dictó la prohibición de acercamiento a las alumnas por tres meses, entre otras medidas. Pasado el tiempo Ricardi prolongó las medidas hasta la actualidad.
En marzo las adolescentes ampliaron la denuncia en el dispositivo cámara gesell, que evita revictimizar a quienes dan testigo. Las familias pidieron a la Justicia que un grupo de peritos informáticos analicen el teléfono celular en Buenos Aires. La Justicia aún no dio la autorización para hacerlo.
Sin una sentencia de los Tribunales provinciales la intendenta Mónica Fein firmó el lunes 3 de junio un decreto por el que resolvió dejar al docente cesante de su cago por graves incumplimientos en sus deberes. La acompañaron en la firma el secretario de Gobierno Gustavo Leone, el secretario de Cultura, Guillermo Ríos, y de Hacienda, Santiago Asegurado.
Las causas
La primera denuncia contra Pablo M., fue de una alumna de 13 años que estudiaba contrabajo desde 2015. Contó que una tarde durante una clase el profesor se había parado detrás de ella y se había bajado los pantalones y el calzoncillo. Después se paró frente a ella detrás del atril y volvió a bajárselos. Estaban solos. Ella se puso nerviosa e intentó seguir tocando el contrabajo. No quería mirarlo, pero vio que se movía hasta que golpearon la puerta del salón y él se incorporó. Ese mismo día la familia fue a hacer la denuncia en el distrito Noroeste y al día siguiente contaron lo mismo en la Comisaría de la Mujer. Al tercer día la familia se presentó como querellante en la causa de abuso.
Un mes después el docente sumó otra denuncia. La hizo la familia de otra alumna de 15 años que tomaba tres clases semanales desde 2011 en la escuela del barrio Ludueña. Antes de la denuncia ella venía diciéndole a su madre que no quería seguir tocando. Cuando supo que una compañera había denunciado al docente, la chica sumó lo que le había pasado.
Contó que el profesor le exhibió sus genitales durante los ejercicios de estiramiento y que se le acercaba. Según ella, fueron varias veces. En la última clase a la que ella fue, el profesor le sacó una foto con su teléfono celular para corregirle la postura de las manos. Le dio el teléfono, se la mostró y le pidió que la borrara. En el medio la chica vio una foto del docente desnudo. Ese día la familia lo denunció en la Comisaría de la Mujer y también en el Ministerio Público de la Acusación (MPA).
Según un informe psicológico incluido en la investigación, ese tipo de hecho habían empezado cuando ella tenía 13 años. Esos dos años no le fueron fáciles. Tuvo problemas de salud y de conducta. Según dijeron los familiares, desde que pudo contar lo que vivió volvió a socializar.