Sin pretender recapitular una ridícula discusión entre la importancia de ganar o jugar bien, el primer mandamiento del fútbol impone que suma el que gana, y en su defecto los que empatan. Y eso es irrefutable. Central parece haberlo entendido y comenzó a enhebrar una serie de cuatro triunfos jugando en el Gigante que le empiezan a dar chapa de candidato. Lugar de privilegio con el que largó en el torneo, y luego fue perdiendo al compás de un juego deficiente, y resultados esquivos.
Hoy, es tiempo de jugar mejor. Nadie puede discutir, ni siquiera aquellos que no están muy convencidos con el penal cobrado ante Tiro, que el triunfo fue justo. Tanto como es alarmante la raquítica capacidad de definición que mostró el equipo. Al menos, ganó. Y jugadas 15 fechas se encuentra a 5 puntos de Atlético Tucumán, puntero con 27 unidades. Pero, para recuperar la confiazan debe jugar mejor. La posesión de la pelota y su utilización correcta lo llevará a manejar los partidos con autoridad. Con algunas ráfagas, como la de Jonatan Gómez en la jugada que derivó en el penal, le alcanzan para estar en una posición expectante. Para ser candidato debe jugar mejor, y esa es la misión que Rivoira tiene por delante.