Espectáculos

Después de la tragedia ponen fin a Love Parede

Uno de los fundadores de la  rave dijo que no se hará más. Sin bien no hay detenidos, las autoridades alemanas dijeron que la habilitación era para 250.000 personas. En la fiesta había casi un millón y medio.

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Rainer Schaller, uno de los fundadores de la Love Parade, anunció que nunca más se realizará el festival de música tecno más importante de Europa como consecuencia de la tragedia que enlutó a la 21ª edición, en la que murieron 19 personas y más de 340 resultaron heridas.

“Fue siempre un evento pacífico y una fiesta feliz” pero, de ahora en más, “se vería para siempre eclipsado por la tragedia”, sostuvo Schaller, todavía conmovido por la dimensión del desastre registrado en Duisburgo, Alemania.

De los fallecidos, siete son extranjeros: dos españolas, una australiana, una italiana, un holandés, un bosnio y una china, indicó un portavoz de la policía. La prensa destacó también que el terreno previsto para el festival sólo tenía cabida para unas 250.000 personas, cuando el número de asistentes fue casi seis veces mayor.

El cofundador del Love Parade, Matthias Roeingh, conocido como “Dr. Motte” criticó duramente la planificación de la fiesta, diciendo que “una sola entrada a través de un túnel es preludio de desastre”. “Estoy muy triste”, expresó.

Se trata de la peor tragedia de este tipo desde que nueve personas fallecieron en un festival de rock en Roskilde, Dinamarca, en el 2000, durante una presentación de la banda estadounidense Pearl Jam.

El Love Parade fue en una época toda una institución cultural en Berlín, pero desde 2007 se realiza en la región industrial de Ruhr, en el occidente de Alemania.

Las  fiestas electrónicas comenzaron en Berlín, llevando un grupo de apenas 150 personas en 1989, como una expresión contracultural de la cultura alemana que vivía la unificación de ese país europeo. Diez años después logró reunir a un millón y medio de asistentes. El éxito fue su condena, porque a causa de la masificación, los excesos y la degradación que provocaba llevaron a la capital alemana a denegar el permiso al festival, que se trasladó a diferentes lugares de Alemania.

“El túnel colpasó como un gran embudo”, declaró una sobreviviente española de nombre Aritna Alonso, “no se podía hacer nada y sobre todo la policía no hacía nada mientras no encontrábamos espacio para estar”. Sus dos compañeras figuran en la lista de los 19 fallecidos. Los cuerpos de las jóvenes llegarán a Tarragona el miércoles y en las universidades donde estudiaban decretaron días de duelo.

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