El lunes a mediodía, el gobierno regional mantenía el balance, publicado el domingo, de 42 muertos, a los que se suman cuatro desaparecidos, y señaló que 18 cuerpos seguían sin identificar en la morgue instalada en el aeropuerto internacional de Madeira. De los 120 heridos, 18 seguían ingresados en el hospital.
En declaraciones al Jornal de Madeira, Miguel Albuquerque, alcalde de Funchal, capital regional transformada en un gran lodazal, declaró «temer bastante» que el número de víctimas «aumente».
El gobierno portugués anunció el lunes, tras un consejo de ministros extraordinario, un duelo nacional de tres días y su intención de solicitar la ayuda al Fondo de Solidaridad de la Unión Europea.
Más de 270 máquinas pesadas y 148 camiones fueron requisados para ayudar en las operaciones de limpieza de escombros y de barro, arrastrados por lluvias torrenciales que cayeron en la isla el sábado, provocando inundaciones y avalanchas que mataron a 42 personas, según un balance provisorio.