La economía argentina pospandemia de coronavirus tiene en el desarrollo de la marina mercante «un punto de apoyo de importancia, por los puestos de trabajo que generaría» y por la competitividad «que ganarían los productos de las economías regionales, al abaratar los costos de flete», señaló Julio González Insfrán, del sector sindical naval.
El titular del Centro de Patrones y Oficiales Fluviales de Pesca y Cabotaje Marítimo consideró además que «uno de los sectores que se beneficiarían es el de los astilleros, porque para transportar solo el 30% de la carga que se mueve por la hidrovía Paraguay-Paraná se necesitan por lo menos 30 o 40 equipos, lo que representa miles de puestos de trabajo».
«Eso sin contar el beneficio para las economías regionales, que podrían disponer del flete más barato del mundo, que es el fluvial, para poder sacar su carga directamente a los puertos de transferencia», dijo el dirigente gremial en declaraciones a la agencia Télam.
González Insfrán valoró como «muy positiva» la reciente decisión del gobierno nacional de administrar la hidrovía en conjunto con las provincias porque «ayuda a que se entienda la importancia del desarrollo de la vía fluvial».
«Esa decisión es correcta, en primer lugar porque las provincias tienen algo que decir, tienen puertos que precisan desarrollo. El solo hecho que el presidente (Alberto Fernández) haya puesto en la agenda política el desarrollo de la hidrovía generó una movida, pensando en una flota fluvial, que hacía años no sucedía», contó.
El dirigente aportó datos ilustrativos, como por ejemplo que solo el 2% de los barcos que navegan el río Paraná son de bandera argentina, en tanto el 98% restante es de bandera extranjera, especialmente paraguaya.
«Para pensar una flota hay que modificar la actual ley de Marina Mercante, malograda por el gobierno anterior, para que se desarrolle la de bandera nacional», consideró González Insfrán, que añadió que hoy se transportan por el Paraná unas 140 millones de toneladas de granos.
En esa línea, dijo que deben disminuir las cargas impositivas que afronta el sector, que representan el doble de los tributos que se pagan en países como Paraguay y Bolivia.
Puso como ejemplo lo que sucede en la provincia de Santa Fe, que por su producto bruto es uno de los principales distritos y hoy «para poder sacar las cargas desde el puerto de la ciudad capital tienen que convocar a un barco de bandera extranjera».
«Y no siempre los barcos pueden llegar hasta ese lugar, porque si no hay una política de dragado es inútil que tengamos una hidrovía y no podamos acceder al puerto de Santa Fe», completó.
Además, dijo que resulta difícil de explicar que no haya transporte fluvial de cabotaje para unir, por ejemplo, los 500 kilómetros que hay entre Reconquista y Rosario.
«Esto es un poco lo que hay que entender, que el aprovechamiento de las vías navegables, de los ríos y de las costas que tienen capacidad de contener puertos, beneficia a un radio de entre 200 y 300 kilómetros a la redonda para sacar la carga en forma económica y competitiva», explicó.
Además, puso como ejemplo que el transporte fluvial baja un 68% el costo del gas natural licuado y en ese sentido dijo que en Argentina «tenemos la tecnología y la gente capaz de fabricar ese tipo de buques para poder trabajar en la hidrovía».
«Si nosotros logramos eso vamos a tener una flota altamente competitiva, con muy bajo costo y un combustible ecológico. Son decisiones políticas que se tienen que tomar, tenemos que tener una ley de Marina Mercante que sea favorable a los intereses de las provincias, de la navegación, y apoyar las tecnologías de punta para lograr que sea eficiente», concluyó.
González Insfrán fue capitán fluvial en remolcadores de empuje por 20 años y luego otros 10 se desempeñó como oficial fluvial en todo tipo de buques.
Luego de desempeñar otros cargos, desde 2013 es secretario general del Centro de Patrones y Oficiales Fluviales, de Pesca y de Cabotaje Marítimo, y en la Federación Internacional de Trabajadores del Transporte (ITF) fue electo en 2014 como presidente de Navegación Interior para América Latina y el Caribe.