A un año y cuatro meses de que Iván Mafud fuera asesinado a balazos por uniformados, quince policías fueron detenidos ayer al mediodía bajo acusación de tener distintas participaciones en el crimen, que había sido presentado como un enfrentamiento. Entre los apresados se encuentra el ex jefe y el ex subjefe de Comando Radioeléctrico. Este último estaba en disponibilidad por estar procesado en un caso conexo a la megacausa Monos. A su vez, existe un expediente en el fuero federal donde también se investiga la responsabilidad de policías porque en el interior del Fiat Marea de Mafud y que quedó incautado en el predio de la Jefatura de la Unidad Regional II, se halló una bolsa con un kilo de marihuana y 300 gramos de cocaína fraccionada y lista para la venta. La audiencia imputativa será mañana y estará divida en tres grupos diferentes, donde se los acusará por falsedad ideológica, homicidio, robo, incumplimiento de deberes de funcionario público y encubrimiento agravado.
En los primeros minutos de la madrugada del 9 de septiembre de 2014, Iván Leonel Mafud, un joven de 26 años que no tenía antecedentes penales, transitaba en su Fiat Marea por Uriburu al 3800 hasta que minutos después terminó muerto en la localidad de Roldán. La versión policial fue que Iván iba acompañado por dos hombres y que al pasar por Uriburu y Avellaneda no acató la voz de alto, aceleró y disparó con un arma de fuego más adelante contra policías del Comando Radioeléctrico y Seguridad Vial. La persecución duró hasta la altura del kilómetro 47 de la ruta A012, en dirección a la localidad de Roldán, y en cercanías del cruce con ruta 9 el auto se despistó. Dos lograron escapar, siempre según la versión asentada en el acta, y el conductor recibió los disparos mortales; los uniformados dijeron haber incautado un revólver 22 y una pistola 22 largo.
Los policías dijeron que les había llamado la atención que el vehículo no tuviera patente trasera.
La causa quedó a cargo del fiscal de la Unidad de Homicidios Dolosos Miguel Moreno, quien contó con la colaboración de sus pares Adrián Spelta y Florentino Malaponte, junto con el personal de la Policía de Investigaciones y la Dirección de Asuntos Internos que depende de la Secretaría de Control del Ministerio de Seguridad provincial.
Desde un primer momento, la familia de Iván refutó la versión policial. Con el transcurso de la investigación, sus familiares describieron que se comprobó que ninguna de las armas supuestamente halladas en la escena del crimen funcionaba. “Al revólver no le andaba el tambor y la pistola estaba sin cargador. Además, los policías aseguraron que cuando terminó la persecución dos cómplices bajaron del auto y huyeron, por lo que recorrieron el perímetro para hallarlos. En dirección al auto de Iván, hay una cámara infrarrojo que pertenece a un fábrica y no registró nada. No se vio personas corriendo como tampoco policías recorriendo el perímetro. El ingeniero encargado de la instalación declaró que es imposible que no haya captado nada, porque registra hasta un animal pequeño como un gato”, refutó un familiar.
La detención
Pasado el mediodía de ayer, el personal de Asuntos Internos ocupó una oficina en la Jefatura de Ovidio Lagos al 5200 y esperó a los quince policías citados, quienes en septiembre de 2014 trabajaban en el Comando Radioeléctrico o en Seguridad Vial. Fueron identificados como el comisario principal y actual jefe de Agrupación Cuerpos, Fabián Díaz, quien era titular del Comando al momento del crimen de Mafud; el subcomisario y ex subjefe del Comando Norberto Dilda, pasado a disponibilidad por estar procesado en otra causa; Gabriel Sguazzini, Oscar Jáuregui, Gerardo Amarilla, Alfredo Correa, Matías Maidana, Alejandro Gómez, Walter Machuca, Víctor Vélez, Eva Monzón, Diego Franco, Leonardo Malisani, Ayelén Bustamante y Jonathan Sánchez. A medida que llegaron a la sede de la Policía de Rosario tuvieron que dejar las armas reglamentarias, las credenciales y quedaron detenidos. “Una vez que la Justicia emita el fallo sobre los responsables, comenzará el proceso de destitución de la fuerza. Esto es parte de la depuración de la institución policial que planteamos desde el comienzo de la gestión”, indicó David Reniero, secretario de Control provincial, para agregar que “es fruto de un trabajo conjunto entre la Fiscalía y el Ministerio de Seguridad, y cabe destacar la colaboración de miembros de la Policía en el esclarecimiento del hecho”.
Droga en Jefatura
El 26 de junio pasado y a nueve meses del crimen de Iván, Leila, su viuda, fue a controlar el Fiat incautado en el predio de Jefatura y se encontró con una bolsa con drogas dentro del vehículo, que en parte había sido desmantelado. La mujer llamó al fiscal Moreno, quien dio intervención al personal de la Policía Federal, el que requisó el vehículo y secuestró un kilo de marihuana, además de 300 gramos de cocaína fraccionada y lista para la venta.
Ese día, se incautó el libro de guardia de ingreso y egreso del personal para entregárselo a la Justicia federal junto con los estupefacientes.
Aquel intercambio de presos de la banda de Los Monos
El 22 de febrero de 2014, el subcomisario y para entonces ex subjefe de Comando Radioeléctrico, Norberto Dilda, recibió el pase a disponibilidad luego de ser procesado por el juez Juan Carlos Vienna junto con otros tres policías por cobrarle a un sindicado lugarteniente del capo de los Monos Máximo Ariel “Guille” Cantero 35 mil pesos para dejar ir a este muchacho, detenido tras una persecución, y a cambio poner tras las rejas a otro joven.
El hecho se originó cerca de la 1 del martes 28 de mayo de 2013, en la esquina de Fragata Sarmiento y Santiago, donde personal del Comando Radioeléctrico se encontraba identificando a un automóvil que estaba ocupado por tres personas y que minutos antes se había dado a la fuga de un control rutinario que agentes del Comando quisieron hacer en avenida Ovidio Lagos y Fragata Sarmiento.
El acta de procedimiento indicó que el personal policial los siguió varias cuadras hasta que finalmente el auto detuvo su marcha a casi tres cuadras. Según el acta, el trío fue identificado como Jorge “Ema” Chamorro y Javier L., ambos de 23 años, y Ángel “Pibu” Villa, de 32. Fueron trasladados a la comisaría 15ª con el auto en que se movían, un Volkswagen Bora con vidrios polarizados. Varios meses después, y en base a escuchas telefónicas, se descubrió que todo había sido un fraude gracias a que varios teléfonos móviles del grupo liderado por la familia Cantero habían sido intervenidos por orden judicial, al igual que los celulares de policías, en el marco de la causa por asociación ilícita que instruyó Vienna.
En una de las escuchas, Leandro “Gordo” Vilches –el verdadero ocupante del Bora– contó al sargento Juan “Chavo” Maciel, primer policía detenido en la megacausa Monos y quien terminó firmando un juicio abreviado, sobre la plata que tuvo que pagar para poder zafar de la cárcel.