Un empresario de la noche fue detenido como sospechoso del homicidio de la periodista correntina Griselda Blanco, hallada estrangulada y con golpes y heridas de arma blanca hace seis días en su domicilio de la ciudad de Curuzú Cuatiá, mientras que el primer apresado, ex pareja de la víctima, quedó libre, informaron este viernes fuentes judiciales y policiales.
El nuevo detenido fue identificado como Darío Alfredo Ricardo Holzweissig, de 46 años, quien alquila y explota comercialmente un boliche llamado «Punto Sur», ubicado en el kilómetro 159 de la ruta provincial 126.
Fuentes de la investigación revelaron a Télam que los hijos de la víctima habían declarado que existía una «relación tóxica» entre su madre y el nuevo detenido, ya que lo que se había iniciado como una relación comercial, luego devino en otra sentimental.
A su vez, fueron clave la recuperación que peritos informáticos hicieron de una serie de mensajes que evidenciaron un conflicto entre Blanco y Holzweissig.
La detención fue concretada en una vivienda que Holzweissig tiene al costado y al fondo del restobar bailable, por detectives del Departamento Investigaciones Complejas NEA y personal de la División Homicidios, ambos de la Superintendencia de Investigaciones de la Policía Federal Argentina, junto a la División de Investigación Criminal de la Unidad Región III Curuzú Cuatiá de la policía correntina.
Los detectives de la PFA viajaron a Curuzú Cuatiá por requerimiento de la Unidad Fiscal de Recepción y Análisis de Casos (Ufrac) de esa ciudad correntina, a cargo de la fiscal María José Barrero Sahagun, quien desde la noche de este jueves dirigía los nuevos allanamientos ordenados por el juez de Grantías local, Martín José Vega.
Uno de los investigadores policiales reveló a Télam que al nuevo detenido lo incrimina «prueba indiciaria, contenido de teléfonos, audios y videos de cámaras de seguridad».
Las fuentes indicaron que en la mañana de este viernes trabajaban en la vivienda del imputado los peritos de la Unidad de Búsqueda de Evidencia de la PFA y, además, se montó en las inmediaciones un rastrillaje en búsqueda de evidencias, a cargo del comisario inspector Ricardo Juri -con años de experiencia en la División Homicidios-, y quien actualmente es el jefe del mencionado Departamento Investigaciones Complejas NEA de la PFA, con asiento en Chajarí, Entre Ríos.
En esa inspección, en un terreno lindero al domicilio del empresario, se hallaron un cuchillo y un celular desarmado que podrían tener relación directa con el crimen y fueron preservados para ser peritados.
Según las fuentes, la investigación de la PFA incluyó tareas de campo y de análisis de información que transformaron a Holzweissig como el principal sospechoso.
Los detectives de Homicidios analizaron diversas cámaras de seguridad y establecieron que el nuevo detenido había regresado en horas de la madrugada del día del crimen a su casa e bordo de su automóvil y que ese vehículo había estado en las inmediaciones del domicilio de la periodista asesinada.
La labor de los expertos del Departamento de Técnico del Cibercrimen de la PFA fue otra de las claves de la pesquisa, ya que, según explicó a Télam uno de los investigadores, «pese a no contar con el celular de la víctima, pudieron recuperar «de la nube» una serie de mensajes entre víctima y sospechoso que fueron reveladores».
Liberaron a la ex pareja
Tras la detención de este empresario, la fiscal Barrero Sahagún dispuso la liberación del primer apresado por el crimen, el periodista Armando Jara, ex pareja de la mujer, aunque según fuentes judiciales, quedará todavía bajo investigación en la causa.
La medida va en correlato con el reclamo del abogado Francisco Adaime, defensor de Jara, que había anunciado un planteo de nulidad de la imputación, que en declaraciones a Télam, dijo que se había dispuesto sin tener “pruebas suficientes» contra su defendido y cuando aún faltaban “resultados de informes que son fundamentales».
«No tenemos los resultados sobre el ADN de los cabellos que se encontraron en la mano de la víctima, del hisopado que le hicieron a Jara, de las cámaras y del trabajo de la Policía Científica en la escena», expresó este miércoles el letrado.
En el mismo sentido, había precisado además que la ex pareja de Blanco no tenía “ninguna lesión o rasguño, cuando se comprobó que la víctima, que era una persona robusta, se defendió».
Blanco, de 44 años, fue hallada estrangulada, con una soga en el cuello, tirada en el piso, con golpes en el rostro y heridas de arma blanca en su casa de la calle Juan Pujol, de Curuzú Cuatiá, la noche del pasado sábado.
La mujer era trabajadora de prensa radial y producía transmisiones en vivo de programas dedicados al periodismo local.
Si bien al principio se barajó la posibilidad de un suicidio, la autopsia lo descartó y uno de sus hijos, Lautaro Cesani, manifestó en redes sociales: «Nuestra madre no se suicidó, a nuestra madre la mataron. Ella decía verdades que nadie se animaba a decir. La querían ver callada y no pudieron. Justicia por Griselda Blanco».
Es que la periodista curuzucuateña realizó diversas denuncias públicas, entre ellas, contra un comisario de la policía provincial por abuso sexual y también por un caso de mala praxis en el hospital «Dr. Fernando Irastorza», donde murió una amiga, entre otras, y sus allegados aseguraron que «recibía amenazas».
Tras conocerse el crimen, desde la Federación de Trabajadores de Prensa (Fatpren) exigieron a la Justicia «una investigación transparente para el esclarecimiento urgente del hecho», al igual que desde la Asociación de Periodistas de Corrientes (APC).