Dos uniformados que prestaban servicio en la Unidad Regional I fueron detenidos por personal de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA), en el marco de una causa iniciada en noviembre del año pasado, cuando se realizó un operativo antidrogas en barrio La Cerámica tras una denuncia depositada en un “buzón de la vida”, en el cual se allanaron viviendas, la seccional 12ª y la sede del Comando Radioeléctrico, ubicada en Jefatura de Policía. En la casa de uno de los agentes, que por entonces prestaba servicio en la comisaría de Pedro Lino Funes al 200 bis, fueron halladas 300 bochas de cocaína fraccionada y lista para la venta. El otro agente, que cumplía tareas en el Comando Radioeléctrico, cayó tras escuchas telefónicas. Ambos fueron pasados a disponibilidad ayer por orden del gobierno provincial.
Los dos suboficiales de la Unidad Regional II, cuyos nombres se mantienen en reserva, fueron detenidos el pasado lunes, casi cuatro meses después de un operativo realizado por personal de la PSA, que allanó la comisaría de barrio Ludueña, la sede del Comando Radioeléctrico y nueve viviendas particulares de la zona norte, tras investigar durante casi un año una denuncia anónima de un vecino que advertía sobre una organización familiar dedicada al acopio, fraccionamiento y comercialización de estupefacientes, que contaba con apoyo de algunos integrantes de la Policía santafesina en barrio La Cerámica.
La investigación había comenzado a mediados de 2010, cuando el magistrado Marcelo Bailaque, a cargo del Juzgado Federal Nº 4 de Rosario, y la oficina Fiscal Nº 3 de Liliana Betiolo decidieron dar curso a una denuncia anónima que apareció en uno de los “buzones de la vida”, dispositivo donde se pueden hacer denuncias sobre narcotráfico, trata de personas y tráfico de órganos, que funciona en los Tribunales Federales desde 2009.
En esa oportunidad, una persona advirtió que el tráfico y venta de estupefacientes en la zona norte estaba a cargo de una familia y que había cierta connivencia de algunos efectivos de la Policía santafesina.
Luego de casi un año de trabajo silencioso, en noviembre del año pasado se allanaron nueve propiedades, donde en total fueron detenidas ocho personas, entre ellas una mujer señalada como la jefa de la organización, su hijo y un suboficial que estaba desde hacía tres años en la UR II y por entonces cumplía funciones de la seccional 12ª, luego de que encontraran en su casa 300 bochas de cocaína fraccionada y lista para la venta.
La mujer detenida, identificada como Norma L., solía encabezar reclamos sociales y tenía gran cantidad de comercios en la zona identificados con el nombre La Tía; está señalada en la causa como la cabecilla de la banda que se dedicaba al acopio, fraccionamiento y comercialización.
En total se incautaron un kilo de cocaína lista para la comercialización, cinco pistolas calibres 9 milímetros y 6.35, un revólver, una granada, 25 teléfonos celulares, una moto marca Honda, 100 plantas y semillas de marihuana, pertenencias y sellos de la comisaría donde el suboficial se desempeñaba y una copia del libro de guardia de la dependencia del Comando Radioeléctrico, ubicada en la Jefatura de Policía.
Días después, el agente recuperó la libertad, pero quedó vinculado a la causa. Y el pasado lunes, el juez federal Marcelo Bailaque ordenó su detención, y también la de otro suboficial, quien quedó vinculado en la causa por escuchas telefónicas.
Ante esto, ayer el gobierno provincial decidió el pase a disponibilidad de ambos, para no entorpecer la investigación judicial.
