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Detienen a reconocida líder de un grupo de ultraderecha partidario de Jair Bolsonaro

La activista fue detenida, junto a otros cinco personas, por orden del TSJ por la realización de supuestos actos antidemocráticos. Todos son integrantes del grupo armado ultraderechista "300 do Brasil", quienes están siendo investigados por la procedencia de los fondos con los que se solventan

A pedido del Tribunal Superior de Justicia (TSJ), la Policía Federal de Brasil puso en marcha este lunes una serie de allanamientos en los que detuvo a la reconocida ex militante feminista Sara Winter y busca a otros integrantes del grupo armado ultraderechista «300 do Brasil» por la realización de supuestos actos antidemocráticos.

La medida fue ordenada por el ministro Alexander de Moraes del TSJ e involucra, además de a Winter, a otras cinco personas de las cuales no se dio a conocer su identidad.

La dirigente ultraderechista, que se llama Sara Girom pero adoptó el sobrenombre de Winter en honor a una militante de la Unión Británica Fascista muerta en 1944, encabezó a mediados de mayo un acampe armado en la Plaza de los Tres Poderes, vecina al Superior Tribunal Federal, a la Cancillería y al Planalto, sede del gobierno federal en Brasilia.

Sara Winter, de 27 años, fue en 2013 la fundadora del grupo Femen en Brasil, antes de dar un viraje ideológico de 180 grados y convertirse en las elecciones de 2018 en una bolsonarista activa.

En rigor, la medida ordenada por De Moraes responde a un pedido de la Ministerio Público General realizado este viernes para detener los ultraderechistas y esclarecer si la recaudación de fondos que anunciaron los «300 do Brasil», incumple la ley de Seguridad Nacional.

«El propósito de los arrestos temporales es escuchar a los investigados y esclarecer cómo funciona el esquema criminal», dijeron en la oficina del fiscal general, Augusto Aras, según informó el diario Folha.

El objetivo de Ara es esclarecer si hubo «actos contra el régimen democrático» por parte de ciudadanos, que incluye, por supuesto, a Winter, pero también a diputados federales, algo que habilita la intervención del Tribunal Superior.

«El Estado brasileño admite una sola ideología que es la del régimen de democracia participativa. Cualquier ataque contra la democracia viola la Constitución y la ley de Seguridad Nacional», dijo Aras sin mencionar en ningún momento al presidente Jair Bolsonaro.

Este sábado por la noche, miembros del grupo ultraderechista brasileño atacó con fuego artificiales la sede del TSJ, lo que derivó en un pedido de investigación, también en manos del Fiscal General, por parte del presidente del máximo tribunal Dias Toffoli.

Ese mismo día, el gobierno de Brasilia, a través de la Policía Federal, desalojó el acampa de los ultraderechista que derivó en una reacción de los militantes que ingresaron al predio del Congreso.

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