Un oído en el pueblo y otro en la militancia. Tras hablar en el masivo acto de cierre del Encuentro Nacional de Salud en la Ciudad Universitaria de la UNR, la ex presidenta y ex vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner mantuvo un aparte más distendido y reducido, en un debut en Rosario de su nuevo papel como titular del Partido Justicialista nacional. Y mientras en el escenario se lució con un discurso, acaso acotado por el tremendo calor que se sumó como protagonista, en el salón donde se hizo el cónclave hizo todo lo contrario: “Realmente fue un muy buen encuentro donde, básicamente, lo que hizo Cristina fue escuchar. Escuchar mucho, tratar de tomar conocimiento de distintas situaciones que se están viviendo en la provincia y en Rosario, con la mirada, también, de intendentes y presidentes comunales y de referentes del partido. Pero sobre todo escuchar mucho a los trabajadores y a las organizaciones de la comunidad”, resumió a El Ciudadano el titular del bloque de diputados nacionales de Unión por la Patria, Germán Martínez.
El legislador nacional insistió: “Fue una muy buena reunión”, y entre las y los participantes mencionó a actores de la producción, del trabajo, organizaciones de la comunidad y curas villeros, entre otros.
Uno de los cortos que se difundieron en redes sociales sobre el cónclave de este sábado tuvo como protagonista a la vicepresidenta del PJ de Santa Fe, María Luz Rioja. La santafesina ensayó un saludo y homenaje que Cristina escuchó sin interrumpir en ningún momento, y que Rioja llevó al plano de las políticas provinciales sobre género y diversidades, que la gestión de Maximiliano Pullaro inició con una baja de rango –de Ministerio a Secretaría– del área. No llegó al extremo del “Afuera!”, del gobierno de La Libertad Avanza, pero toda degradación acarrea consecuencias presupuestarias y de alcance y profundidad de políticas públicas. Rioja lo describió como “un doble embate, nacional y provincial” y resaltó: “Las mujeres y diversidades somos las primeras en ser golpeadas cuando las crisis nos atacan fuerte. Nos quedamos sin Ministerio de Mujeres, Género y Diversidades”.
Tras la denuncia de situación, la militante le destacó a la jefa del PJ nacional que su nombre sigue siendo “una luz de esperanza” para vastos sectores sociales, especialmente los menos favorecidos: “Eso lo vemos cada vez que estamos en la calle, cada vez que hablamos con un compañero o una compañera que lleva adelante una copa de leche, un merendero. Tu nombre genera esperanza”, le resaltó.
Rioja forma parte de la Corriente Nacional de la Militancia –ahora La Corriente+, que tiene entre sus referentes máximos al ex jefe de Gabinete Agustín Rossi, y al diputado Martínez– y le transmitió a la ex presidenta que su figura misma es un “faro ordenador” hacia adentro del partido y del movimiento peronista. En Santa Fe, para “recuperar” la provincia y más: “Tantos municipios que perdimos”. Pero lo cierto es que hay municipios en los que el PJ revalidó, como Reconquista, San Cristóbal o Las Parejas, cuyos intendentes, Enri Vallejos, Marcelo Andreychuck y Horacio Compagnucci, formaron parte de la media docena que fue por las suyas a la Casa Rosada, donde los recibió el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, el mes pasado. En el contingente también se contó el jefe municipal de Funes, Roly Santacroce, aunque en su caso “con aviso”: ya a mitad de año se había desmarcado del Partido Justicialista santafesino, sosteniendo que no compartía “ni sus formas ni sus estilos”.
Así las cosa, las diferencias de posicionamientos internos del PJ santafesino no son pocas ni menores: mientras en la Cámara baja nacional Germán Martínez hace lo imposible para alambrar el redil, con las menos fugas admisibles, en la Cámara de Diputadas y Diputados de Santa Fe la bancada de Juntos Avancemos tiene 9 legisladores divididos en 5 bloques, de los cuales cuatro son monobloques. La dispersión no sólo enuncia distintos liderazgos, sino también severas diferencias de proyecto político. No suficientes para una centrífuga que desarme el interbloque, pero sí para tensionar al máximo el equilibrio en momentos como el actual, en el que la Casa Gris pretende que se apruebe el proyecto de necesidad de una reforma constitucional antes del cierre del período ordinario de sesiones, para lo que faltan apenas días.
A pesar de que su oído estuvo más dirigido a lo que ocurre en sindicatos, movimientos sociales, barrios y organizaciones, no hay dudas de que Cristina viene receptando todo lo que ocurre en el PJ de cada provincia: de hecho viene resaltando en cada movimiento en el tablero su condición de «pingüina», con la que mucho antes de proyectarse al plano nacional el ex presidente Néstor Kirchner como ella supieron hacer del PJ santacruceño un rancho totalmente aparte, tanto, que en 1997 los senadores justicialistas de entonces decidieron expulsarla del bloque.