Por Cosecha Roja
Después de atacar a tiros la camioneta en la que viajaban ocho amigos los policías dijeron que se habían tiroteado con una banda de delincuentes. El músico Diego Cagliero recibió un tiro por la espalda y murió. Emanuel Tedesco quedó herido. Este fin de semana la versión oficial terminó de derrumbarse: dos de los diez agentes que participaron del operativo quedaron detenidos.
Los dos agentes, que ya habían sido separados del cargo, se negaron a declarar. La pericia balística confirmó que el oficial Rodrigo César Exequiel Canstatt -hoy preso por el delito de homicidio- disparó diez veces contra la Fiat Ducato blanca en la que viajaban los jóvenes. Una de ellas fue la que mató a Diego. El otro detenido es el oficial subinspector Sergio Darío Montenegro. Disparó tres veces su arma reglamentaria. Una de esas balas hirió a Emanuel.
El abogado Fernando Sicilia, representante de la familia de Diego, celebró las detenciones pero criticó la actuación de la fiscalía. “La investigación avanza muy lento”, dijo a Cosecha Roja. La fiscal Graciela Disnan siempre confió en la versión policial. Después del operativo policial pidió la detención de los siete amigos de Diego. Les imputó los delitos de robo en poblado y en banda (por intentar llevarse una botella de vodka, un vino y un chimichurri de un supermercado) y tenencia de arma de fuego compartida por una pistola calibre .32 que la policía dice haber encontrado en la camioneta.
Los siete jóvenes dijeron que el arma no era de ellos. El abogado de la familia Cagliero está convencido de que se las plantó la policía. Los amigos pasaron el fin de semana en la comisaría. Seis de ellos fueron liberados cuando el juez de garantías rechazó el pedido de la fiscalía. Ángel Eduardo Bramajo, el conductor de la Ducato, todavía sigue preso.
“Mi marido es el perejil de este caso”, dijo a Cosecha Roja Clara, la esposa de Bramajo. El hombre de 33 años, empleado de la empresa AYSA, no fue excarcelado por tener antecedentes penales. “Hace un tiempo presenció una pelea. Un chico que estaba con él se peleó con otro y lo denunciaron”.
“La fiscal tiene criterios muy dispares para restringir la libertad. A Bramajo lo tienen detenido desde el primer día y a los policías se les respetó la garantía de no detenerlos hasta que no estuvieran las pericias”, explicó Sicilia.
De los diez agentes que participaron del operativo cuatro admitieron haber disparado. La fiscal Graciela Disnan sólo ordenó peritar las armas de los que gatillaron. A ningún policía le tomaron muestras para saber si había restos de pólvoras en sus manos. En cambio sí lo hicieron con los siete jóvenes que viajaban en la camioneta.
A partir de la declaración de los testigos y los siete sobrevivientes la fiscal pudo reconstruir lo que pasó el domingo 19 de mayo. Ese día Diego Cagliero estuvo en el cementerio de Pablo Podestá donde enterraron a un amigo. Después se subió a la Ducato blanca que manejaba Bramajo.
En el Día% de Perón y Suipacha, en Martín Coronado, algunos de los amigos se guardaron un vodka, un vino y un chimichurri bajo la ropa. El encargado los descubrió y discutieron. Los amigos devolvieron la mercadería robada y se fueron. El encargado llamó al 911.
La Ducato dio vueltas por la zona. Pasaron por la casa de unos amigos. Estaban yendo a buscar unos bombos para ensayar con una murga cuando se dieron cuenta de que los seguía la policía. No pudieron reaccionar: una camioneta policial se les cruzó en contramano y los chocó de costado. El conductor de la Ducato se asustó y aceleró. Los policías dispararon.
“Iban a 40 kilómetros por hora. No hubo persecución”, contó la esposa del conductor. Al escuchar los tiros Bramajo frenó. Los amigos bajaron de la camioneta con las manos en alto. Los policías los tiraron al piso y los esposaron. En la parte de atrás de la Ducato quedó tirado Diego.
Al otro día los medios publicaron la versión oficial: dijeron que había habido “un enfrentamiento armado donde se produjo la herida de uno de los supuestos asaltantes y la muerte de otro”.
La detención de los dos policías terminó de derrumbar la versión de la Bonaerense: no hubo enfrentamiento.