Las dos mujeres que agredieron a Gisela Retamar, el 30 de marzo en España al 3000, fueron detenidas en la mañana de este viernes. Mariana S. y su hija, de 16 años, habían escapado después de que Gisela las denunció y estaban refugiadas en la casa de un familiar en zona oeste. Personal de la Policía de Investigaciones (PDI) la detuvo tras la orden de la fiscal Luciana Valarella. Como la hija es menor de edad, intervino Juzgado de Menores en Turno.
El jueves la Justicia había imputado a Leandro Ibañez, de 34 años, por lesiones graves y agravadas a su ex pareja, Gisela Retamar, de 31, y lo dejó detenido por 60 días para no entorpecer la investigación de lo que pasó el 30 de marzo en España al 3000.
Según denunció la mujer, él la invitó a su casa y cuando llegó otras dos mujeres la encerraron en una pieza, la golpearon, amenazaron, le robaron y terminaron cortándole el pelo. En la audiencia el hombre dio nombre y domicilio de las presuntas agresoras que tienen un pedido de detención en la Policía.
“Él dio una versión inverosímil donde dijo que también fue engañado por las mujeres, que no participó de las agresiones y no pudo defenderla”, contó la fiscal del caso, Luciana Vallarella, de la Oficina de Violencia de Género.
La emboscada
Tal como publicó El Ciudadano, Gisela denunció ante las cámaras de los medios de comunicación que el 30 de marzo fue agredida por su ex pareja y dos mujeres más. Contó que había salido con él unos meses, pero estaban separados. Ese sábado él la contactó y pidió que fuera hasta su casa para intentar retomar la relación.
Cuando ella llegó las dos mujeres la llevaron hasta una pieza, la golpearon en la cabeza y, siempre según contó Gisela, él les alcanzó una tijera con la que le cortaron el pelo. Después le robaron, la amenazaron de muerte y la liberaron. Al salir fue a la comisaría, donde le tomaron la denuncia y la llevaron a un centro de salud, pero la Justicia la convocó a la Fiscalía recién cuando lo denunció en los medios de comunicación.
La otra versión
Este jueves la fiscal del caso agregó sobre la versión del imputado. “Dice que no tuvo participación, que no la conocía mucho a ella y no recordaba bien porque había estado tomando. Hubo inconsistencias en su relato. Dijo que tenía miedo y que las mujeres estaban endemoniadas, por lo que no pudo intervenir”, explicó Vallarella.
«La victima habla de una relación no muy extensa, pero una relación en fin. El mismo hecho tiene escarmiento y los autores buscaban eso. Es un hecho de violencia de género”, insistió la fiscal. Las mujeres y el hombre acusados pueden enfrentar penas de entre 3 y 10 años de prisión.