Un trío de rosarinos cayó anteayer tras irrumpir en una vivienda de la localidad de Lucio V. López, ubicada en el departamento Iriondo y a 44 kilómetros de Rosario. Los sospechosos fueron apresados tras una breve persecución que llevaron adelante efectivos de la localidad de Luis Palacios en la ruta nacional 34. Los detenidos fueron imputados ayer por el fiscal sanlorencino Aquiles Balbis por el delito de robo agravado en poblado y en banda, describieron fuentes policiales.
Anteayer cerca de las 18 un vecino de Lucio V. López alertó a los uniformados de la Unidad Regional X que un grupo de desconocidos a bordo de un Volkswagen Senda blanco se había metido con fines de robo en una casa. Como los ladrones ya se habían ido por la ruta 34, los uniformados solicitaron apoyo a las fuerzas de seguridad de la localidad limítrofe, Luis Palacios. Fue en ese marco que, tras una persecución, los sospechosos abandonaron el auto en el kilómetro 24 y trataron de escapar a la carrera por los campos. Sin embargo, fueron apresados a los pocos metros, ya en jurisdicción de Luis Palacios, explicaron los voceros.
Los detenidos, oriundos de Rosario, fueron identificados como Facundo O., de 30 años y conocido como Chingui; Diego R., de 25, y Víctor V., de 20. Además, los policías hallaron dinero en efectivo y una mochila con prendas de vestir, indicaron voceros de la pesquisa.
Como la detención se hizo en el departamento San Lorenzo, las actuaciones quedaron a cargo del personal de Unidad Regional XVII y la Justicia sanlorencina ordenó la liberación de los dos más jóvenes, mientras que el mayor quedó apresado por contar con antecedentes previos.
Otras causas
En relación con sus antecedentes, Chingui había sido detenido en un allanamiento que hizo la PDI de Villa Constitución el 19 de agosto pasado en su casa de la zona oeste de Rosario y quedó sindicado por al menos tres asaltos cometidos en Pavón Arriba, Rueda y Pavón.
Además, Facundo Ezequiel O. fue relacionado al crimen en la zona norte de Rosario del agente Diego Navarro, ocurrido el 11 de abril de 2005, el cual provocó un autoacuartelamiento policial.
Chingui, entonces de 18 años, se presentó a los cuatros meses del asesinato junto con su abogado ante la Justicia y quedó detenido junto con otros cuatro sospechosos. De los sindicados, uno murió en el tiroteo con Navarro mientras que otro, de apodo Bomba, fue asesinado en la cárcel. Los demás, incluido Chingui, recuperaron la libertad y el crimen de Navarro continúa sin resolverse.