Una suboficial de la Policía de Santa Fe de 47 años fue detenida este miércoles en su domicilio de zona centro sospechada de filtrar información a una de las bandas narco que operan en barrio Ludueña. También fue apresado su hijo de 23 años, a quien sindican ser “soldadito” de la misma organización criminal. Ambos serán llevados a audiencia imputativa la semana próxima.
Se trata de una causa penal que lleva adelante el fiscal Pablo Socca contra una asociación ilícita a partir de la investigación de una serie de extorsiones a comerciantes y vecinos de esa zona del noroeste rosarino.
Según la pesquisa, allí se disputan territorio dos bandas que si bien tienen sus propios líderes, cada una responde a Los Monos o a Esteban Lindor Alvarado. En agosto, el fiscal Socca imputó a 26 miembros de una de ellas vinculada al clan Cantero. Entre sus miembros figuran Mauro Gerez, Andy Benítez, Julián Aguirre y Jonatan Almada.
Ahora, en la misma pesquisa surgieron escuchas a partir de las que se ordenaron nuevas detenciones y allanamientos, realizados por la Agencia de Control Policial (ACP).
Uno de ellos tuvo lugar este miércoles en Mendoza al 600, en el corazón de barrio Martin ubicado en el centro de la ciudad. Allí fue detenida Analía F., una suboficial que se encuentra pasada a disponibilidad hace un año pero cuyo último destino fue la seccional 12ª de barrio Ludueña.
Una de las hipótesis es que la uniformada filtraba información a la banda además de encubrir a su hijo de 23 años, sospechado sicario de la organización. El joven, Kevin F., fue detenido momentos después que su madre y los celulares de ambos y de su abuela fueron secuestrados para enviar a peritar.
Según voceros del caso, Kevin es una persona de confianza de Almada, quien se encuentra preso. El muchacho tiene fijado domicilio en barrio Ludueña pero estaba ausentado ya que en los últimos días habrían intentado asesinarlo en más de una oportunidad. Lo detuvieron en la casa de su madre.
Durante este miércoles también se realizaron allanamientos en otros cuatro domicilios ubicados en Liniers al 500 bis, Larrea al 400 bis, Gorriti al 2400 y en Esquiú al 5400. Además del secuestro de celulares los uniformados incautaron un cargador de pistola 9 milímetros, un revólver calibre 22 y un juego de esposas de seguridad.
EL fiscal pidió que tanto la efectiva policial como su hijo queden incomunicados hasta el momento de la imputación, prevista para la semana próxima. Al respecto, voceros del caso adelantaron que la mujer podría ser acusada de los delitos de encubrimiento agravado e incumplimiento de los deberes de funcionaria pública, mientras que a su hijo le achacarán la calidad de miembro de una asociación ilícita.