El casero del campo que alquilaba el ex rugbier y presidente del Club Municipal de Vicente López (Vilo), Marcelo Longhi, asesinado el 13 de enero último en la ciudad de Luján, fue detenido este martes en la provincia de Chaco tras permanecer cinco días prófugo, por lo que suman dos los apresados por el crimen, informaron fuentes policiales y judiciales.
Se trata de Ramón Roberto Flores (40), alias «Javier», quien fue detenido mientras caminaba por la localidad de Barranqueras, en el sudoeste chaqueño, luego de que el viernes quedara preso Pablo Javier Achard (44), amigo y socio de Longhi (59).
Fuentes policiales y judiciales confirmaron a la agencia de noticias Télam que Flores intentó darse a la fuga cuando fue interceptado por los efectivos de la Delegación Departamental de Investigaciones (DDI) Departamento de Homicidios de la Policía bonaerense y del Departamento de Investigaciones Complejas (DIC) de Chaco.
El hombre fue localizado gracias al análisis de su teléfono celular y por un pedido de detención formulado por la fiscal Mariana Suárez, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) 9 de Luján.
«Lo veníamos siguiendo y viendo que se movía por la misma zona», explicó a Télam un investigador.
Según la fuente, primero el acusado será sometido a un chequeo médico de rutina y luego quedará a disposición de la Justicia de Chaco, donde posee una causa pendiente.
Es que Flores fue declarado en rebeldía luego de que no se presentará en una causa por «tentativa de homicidio agravada por el uso de arma de fuego», por lo que se dictó una orden de detención en esa provincia.
Recién cuando se resuelva su situación judicial en Chaco será trasladado a la provincia de Buenos Aires para ser indagado por la fiscal Suárez por el delito de «homicidio simple», indicó un vocero judicial.
En tanto, el viernes pasado fue detenido por el mismo hecho el socio y amigo de Longhi, Achard; quien quedó imputado del delito de «homicidio simple» y se negó a declarar ante la fiscal Suárez.
Detienen al socio del ex rugbier Longhi como sospechoso del asesinato y buscan a un prófugo
Por su parte, Flores había sido entrevistado por un medio chaqueño al que le aseguró ser «inocente del asesinato de su patrón. Siento que soy un perejil. Estoy seguro que las cosas que dicen no pasaron ahí. Mi patrón (Achard) y yo no tenemos nada que ver», dijo el acusado en diálogo con el medio MásContenidos.Net, de Chaco.
Según Flores, él pensaba viajar hacía Chaco para anotar a su hija recién nacida y contó que en el campo «tenía miedo porque estaba solo. Yo no vine prófugo al Chaco. Yo vine en la camioneta del patrón Pablo. Le dije que me traiga porque tenía miedo», indicó.
El casero relató que no le había llegado ninguna citación de la Justicia y que su abogado estaba intentando interiorizarse del expediente para establecer los pasos a seguir.
Luego, Flores expresó que tras el crimen declaró durante seis horas ante la Policía a la que le dijo que su jefe «mantenía una relación con la esposa de un comisario, de un abogado y con una chica del club».
«Dos noches antes que de venga al Chaco unas personas quisieron entrar en la casa del campo. Cómo tenemos escopetas, saqué una por la ventana y tiré dos tiros al aire. No sé si querían hacerme algo o robar», denunció.
El hombre también dijo que el campo era alquilado por Longhi y su socio Achard, a quienes solo vio una vez en un hotel de la ciudad chaqueña de Resistencia cuando lo fueron a contratar, recomendado por un amigo que trabajaba en Buenos Aires.
«Me llevaron como casero, cuidaba la casa y los animales; ese fue el trato. Yo trabajaba para los dos», añadió.
En tanto, el abogado de la familia Longhi, Alejandro Broitman, aseguró que los dichos de Flores «son excusas banales, infantiles, inconsistentes. Es una vergüenza, un asesino».
Longhi fue hallado asesinada a golpes y con el cuello quebrado el 13 de enero en la caja de su camioneta Ford Ranger detenida entre unos pastizales, a unos 15 metros de un camino rural que se cruza con la ruta provincial 47, en el acceso al paraje La Choza, en el límite entre Luján y General Las Heras, en el noroeste del Gran Buenos Aires.
Los pesquisas determinaron que adentro de la camioneta estaba el teléfono celular de la víctima, mientras que en proximidades del puente del arroyo La Choza, a un kilómetro del lugar del hallazgo de la camioneta, se detectaron huellas de arrastre.
Inicialmente, los investigadores creyeron que Longhi había salido a las 13.35 de ese día de su campo ubicado en la localidad de Tomas Jofré rumbo a Navarro con 180.000 pesos con los que tenía previsto comprar dos novillos, aunque las pruebas científicas derribaron esa pista, según los informantes.
«La oferta por los carneros nunca existió. Era toda una fantasía creada por Achard», remarcó al respecto Broitman.
El giro en la investigación surgió de un informe médico legista clave que determinó que la víctima no pudo haber salido con vida de su campo de Tomas Jofré el mediodía del 13 de enero, como se creyó en un primer momento.
Según Broitman, una de las pruebas contundentes para imputar a Achard y Flores consistió en que «el horario del deceso de Marcelo Longhi no va más allá de las 13 horas», por lo que «la fiscal estima que murió en el campo» de Tomás Jofré, de donde el socio de la víctima dijo que lo vio salir a las 13.35 del día en que fue hallado muerto.
Además, el letrado dijo que se «encontraron entre el calzoncillo y el pantalón de Marcelo hojas de eucalipto que no había en la zona donde se encontró la camioneta (con su cuerpo) y sí en el campo, donde el suelo estaba lleno de hojas de eucalipto».
Tras la detención de Achard, se allanó su domicilio, donde se secuestró una pistola calibre 9 milímetros con la documentación vencida, 27 municiones y dos teléfonos celulares del imputado.