Formaba parte de la red que dirigía el condenado piloto Julio Rodríguez Granthon, quien luego de trabajar para Los Monos abrió su propio negocio. Era parte del esquema por el cual la organización cambiaba los pesos obtenidos en los búnkeres por dólares, necesarios para comprar en Bolivia la droga que luego estiraba para vender en Rosario y distribuir a otras ciudades. Uno de los condenados por la misma trama es el otrora poderoso empresario y financista Gustavo Shanahan