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Detuvieron en Finlandia a una joven activista rosarina

Por Jerónimo Gallay. Maite Ruggieri, de 22 años y activista de Greenpeace, pasó varias horas presa en Helsinki tras una intrépida acción ecologista contra un buque de explotación petrolera en el Ártico. En diálogo con El Ciudadano, detalló: “La policía tenía órdenes estrictas del gobierno de sacarnos”. Ver video.

La joven rosarina activista de Greenpeace Maite Ruggieri, de 22 años, fue detenida ayer junto a otros 48 ambientalistas de diferentes países cuando abordaron un rompehielos de la petrolera Shell, en el puerto de Helsinki en Finlandia. Finalmente hoy fue liberada, junto a la mayoría de sus compañeros.

Los activistas provenientes de 13 países diferentes abordaron el Nordica, una embarcación contratada por la compañía petrolera holandesa. Entre ellos se encontraba Maite, que es una chica rosarina que realizó sus estudios primarios y secundarios en la Cristóforo Colombo y ahora cursa en la Universidad de Buenos Aires (UBA) la carrera de Antropología por lo que vive allí desde hace un año.

“El rompehielos pertenece al gobierno finlandés que tenía un contrato con Shell para explorar petróleo en la zona de Alaska. El problema es que ellos tenían de fecha límite ayer martes para llegar y nosotros buscamos impedir que eso sucediera”, comenzó el relato a El Ciudadano la joven rosarina quien todavía se encuentra en Helsinki.

“Éramos dos grupos, uno que ingresó al barco y otro que nos quedamos afuera. Algunos compañeros abordaron y se encadenaron al mástil. Otros se escondieron en las cabinas en el interior dentro de la embarcación. Yo estaba en el grupo que nos quedamos en los gomones en el exterior y además había gente nadando”, especificó Ruggieri, que es voluntaria y activista de Greenpeace desde el año 2009.

Según consigna el sitio oficial de la ONG, Shell es la primera gran compañía internacional que está realizando exploraciones en el Ártico con el objetivo de extraer petróleo y, si sus exploraciones programadas para este año prosperan, otras empresas podrían seguir su ejemplo, por lo que sus activistas quisieron impedir que esto se llevara a cabo.

“Llevamos adelante estas acciones para defender el hogar de los osos polares y otras especies únicas que están en peligro. Pero no estamos solos. Ya nos acompañan más de 400.000 personas que reclamaron a Shell que abandone sus planes de destruir el Ártico», sostuvo Hernán Nadal, el coordinador de la campaña del Ártico de Greenpeace.

Al ser un contrato millonario, el gobierno tenía un gran interés en que el barco zarpara en tiempo y forma, por eso según cuenta la joven rosarina “la policía tenía órdenes estrictas del gobierno de sacar la gente” y además “interceptaron los gomones, confiscaron los barcos y detuvieron a todos”.

“Fue el único momento que sentimos miedo porque las maniobras que realizaron para detenernos fueron muy peligrosas. Había algunos activistas que estaban nadando y los barcos pasaban muy cerca. No les importaba nada, querían sacar a la gente del agua con ganchos. Incluso una chica resultó lastimada en un ojo”, detalló. De todas formas, Maite sostuvo que ella no está lastima porque solamente sufrió empujones al momento de ser detenida.

“Nos tuvieron seis horas adentro sin ningún cargo. Nos encerraron de a 3 o 4 personas en celdas que eran para 2. Sin embargo aunque el ambiente no era el mejor el trato de la policía allí fue correcto. Luego nos liberaron de a grupos, primero los que habían entrado al barco y después a nosotros. Solamente un chico tuvo que pagar una multa aproximada de 500 euros, pero por vandalismo, porque había querido pintar un costado del barco”, indicó la joven rosarina.

Finalmente cuando concluyó el calvario que sufrió la activista pudo comunicarse con su familia que ya estaba al tanto de los detalles debido a que compañeros de Maite se habían contactado con ellos: “Pude hablar con mis padres y llevarle tranquilidad en un momento que sabían muy poco de mí, estaban muy preocupados. Por suerte todo terminó bien”, señaló la ecologista en diálogo con este medio.

Desde la organización ecologista aseguraron que el total de las reservas de petróleo que existen en el Ártico podría satisfacer tan sólo tres años de la actual demanda mundial de crudo. Sin embargo, contribuirían de manera significativa al aumento de las emisiones de carbono, y explotarlas supondría una grave amenaza para el futuro del ecosistema del lugar.

De la misma forma, debido a las temperaturas bajo cero, el clima impredecible, y la distancia de los sitios para perforar, se plantean desafíos sin precedentes por lo que un derrame de petróleo en el Ártico sería imposible de contener y limpiar causando un gran daño ambiental. “Todos nos acordamos de lo sucedido en el Golfo de México y si pasara lo mismo sería un desastre terrible en el ecosistema ártico, por eso pedimos que quien pueda ayudar con un pequeño granito de arena ingrese a www.salvaelartico.org y desde el lugar que pueda colabore”, concluyó Ruggieri.

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