Ángel Di María armó una carrera descomunal. Jugó en los grandes clubes de Europa y fue pieza clave de la Scaloneta que cosechó cuatro títulos entre 2021 y 2024. Digna de un jugador de elite. Pero toda historia tiene un inicio. Y la de Fideo arrancó en El Torito, institución enclavada en el corazón del barrio Cerámica.
En el club que predomina el color naranja en su camiseta, Angelito empezó a descollar con su zurda endiablada e indescifrable. En un partido de la categoría 88 frente a Central, Di María la rompió toda. Y eso llamó la atención en los entrenadores del Canalla, que no dudaron un instante en tentar a la familia para que ese flaquito desgarbado se ponga la casaca auriazul.
Corría fines del año 1994 y Central empezó a negociar con la dirigencia de Torito por Di María. Por esos años, los clubes de barrio no contaban con el derecho de formación que hoy existe. Cuando tanto Newell’s o Central veían a un pibe de baby y lo querían sumar se arreglaba con materiales para hacer obras o bien con la cesión de un determinado número de pelotas. La última opción fue la elegida para llevarse a Fideo. De esta manera quedó pactado una entrega de 26 pelotas por parte de Central hacia el Torito. Los balones nunca llegaron.
Pero el dicho es claro: “más vale tarde que nunca”. Y finalmente por una gestión de Germán Ángel, actual presidente de Torito, la dirigencia de Central pagó la deuda pendiente y le entregó las 26 pelotas que fueron pactadas hace 30 años.
“En la Liga tengo contacto con Ramiro Colabianchi -vicepresidente de Central- y cuando salió la serie de Di María me animé a decirle el tema de las pelotas. Por suerte Ramiro habló con Belloso y la entrega se dio muy rápido. Estamos contentos por este gesto. Para los clubes de barrio es algo muy valioso y para los chicos del club mucho más”, expresó Ángel a El Ciudadano.
El dirigente, junto a la comisión directiva, está realizando un gran trabajo en la institución Torito en la actualidad cuenta con más 700 deportistas entre chicos y chicas que buscan ser el nuevo Di María.
“Estamos en permanente contacto con la familia de Fideo. Son gente muy generosa y que siempre preguntan por el club”, subrayó el presidente de Torito.
Lo concreto es que Central pagó la deuda que tenía con Torito por Di María, el pibe que hace 30 años valía 26 pelotas y que se transformó en uno de los mejores jugadores de la historia del fútbol argentino.
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