La llegada de Mercedes Marcó del Pont al Banco Central y su intención de mejorar el acceso al crédito reactivaron las expectativas de encontrar una solución para los tomadores de créditos con tasa variable, perjudicados por el alza de intereses de los últimos años que provocó que las cuotas que pagan por sus préstamos se duplicaran. La situación es además hoy más propicia para negociar una ayuda ya que la tasa Badlar, de referencia para la mayoría de los préstamos, se encuentra a la mitad de lo que estuvo hace un año. Aun así, los deudores hipotecarios aseguran que es imposible pagar los créditos, en parte por las cuotas que ya adeudan. Por eso, dicen, se necesita la intervención oficial.
La poca ayuda conseguida en 2009 en el Ministerio de Economía, el conflicto entre el gobierno y el ex titular del BCRA Martín Redrado, y las vacaciones de verano hicieron que el grupo de deudores nucleados en hipotecarios.org bajaran la guardia durante un tiempo. “Vemos que ahora hay interés de que se reactive el crédito y se otorguen tasas fijas o accesibles, pero nadie dijo nada todavía sobre los que estamos en problemas por créditos que ya tomamos”, dijo Darío Pavoni, coordinador de hipotecarios.org.
La situación de este grupo de más de 500 personas sigue siendo delicada. Se trata de familias que tomaron préstamos hipotecarios a partir de 2006, algunos de ellos, incluso, se dejaron seducir por la iniciativa que impulsó el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, en ese momento llamado “créditos para inquilinos”.
Con la idea de que los bancos cobraban tasas abusivas y exigían requisitos imposibles de alcanzar para el público, Moreno ideó una línea de préstamos en la que el valor de las cuotas sería equivalente al alquiler que pagaba hasta entonces el tomador. Así, hubo personas que obtuvieron un crédito por el que pagaban poco más de 900 pesos al mes cuando el alquiler les demandaba apenas unos pesos menos. Pero en 2009 ya, con tasas que superaron el 25 por ciento, esa cuota subió repentinamente a más de 2.300 pesos. La relación cuota ingreso, claro, también se desmadró. Las entidades financieras calculan que los tomadores pueden pagar hasta un 30 por ciento de sus ingresos mensuales, pero a medida que avanza el préstamo, la relación deja de cumplirse.
En esos y otros casos en los que los créditos se ajustaban por una tasa fija durante un período y luego pasaban a una variable, la diferencia entre la primera cuota pagada y la nueva se hizo insostenible. En 2006, por ejemplo, uno de los miembros de la organización aseguró que pagaba una tasa del 9 por ciento que hoy se encuentra en un 18 por ciento. En rigor, el costo financiero total de los préstamos hipotecarios llega hasta el 30 por ciento en algunos bancos.
Según comentaron miembros del grupo de deudores hipotecarios a este diario, la idea es retomar los pedidos al gobierno cuando comience marzo. El primer intento será nuevamente el Banco Central, que el año pasado sólo proveyó asistencia técnica para evaluar la situación de cada cliente para que pueda negociar luego en forma particular con su banco. De hecho, algunos clientes lograron una baja en la tasa o en la cuota, o la refinanciación de la deuda.
Como en la primera reunión como titular de la entidad monetaria que mantuvo Marcó del Pont con los representantes de las cámaras que agrupan a los bancos, la funcionaria dijo que el acceso al crédito hipotecario y productivo era una prioridad; los deudores creen que es momento de insistir en el pedido de ayuda. Incluso, en ese encuentro con banqueros, Marcó del Pont expresó su interés por crear condiciones para ampliar las líneas con tasa fija.