Hubo contacto. El presidente de Rosario Central, Rodolfo Di Pollina, habló telefónicamente con Diego Cocca. Y en la charla, que se dio el último lunes, se empezaron a deslizar algunas cuestiones ligadas a la posible renovación de contrato del entrenador, cuyo vínculo caduca el próximo 30 de junio. Si bien no trascendieron demasiados detalles sobre lo hablado, el resultado del encuentro “fue positivo”. Por lo que existe optimismo en la directiva canalla de cara a la posibilidad de que Cocca pueda extender el vínculo y siga al frente del primer equipo auriazul. Aunque todavía no hay negociaciones formales en marcha al respecto, el contacto puede considerarse como la formalización del interés de la dirigencia de Arroyito para que Cocca renueve vínculo.
En los últimos días, el propio Di Pollina hizo pública en distintos medios la intención de la directiva auriazul respecto del proyecto deportivo que tienen en mente para lo que viene. ¿Por dónde pasa? Por la inclusión de más futbolistas jóvenes, surgidos en las inferiores, en el primer equipo. Algo que Cocca no viene haciendo en el año que lleva como entrenador de Central, pero que ahora estaría dispuesto a aceptar. El cambio de postura del entrenador estaría ligado a la posibilidad concreta de que se suspendan los descensos tanto en la presente temporada, cuando se complete, como en las próximas dos.
Sin la presión de sumar puntos para no perder la categoría, como ocurrió en la Superliga, el entrenador tendrá la chance de darle rodaje a jugadores de la cantera auriazul. Algo que Cocca sabe y que de forma inteligente no pondría ningún reparo en plasmarlo en el primer equipo.
Todavía no se habló de números para renovar el contrato. Pero en la dirigencia auriazul son optimistas de que, si Cocca está de acuerdo con el proyecto futbolístico, también podrán llegar a un consenso en el tema económico. Es más, el mismo técnico dijo hace algunas semanas en una entrevista que lo económico “no será” una traba para negociar la renovación de su contrato.
Además de pretender que los juveniles tengan más participación en el equipo de primera, los dirigentes también quieren modificar la política de refuerzos. Algo que con Cocca ya se habló desde hace un tiempo. Después de haber sumado a varios jugadores en los últimos mercados de pases, con la obligación en la pelea por la permanencia, la idea pasaría ahora por incorporar lo menos posible. Y, de hacerlo, preferentemente se daría a partir de préstamos, y no de compra de pases, o de porcentajes de pases, cómo ocurrió en algunos casos últimamente.
En el último libro de pases, por ejemplo, Central incorporó a cinco futbolistas: Joaquín Laso (contrato por 3 años), Damián Martínez (compra de la mitad del pase), Federico Martínez (compra del 30 por ciento del pase), Cristian González (préstamo por un año), y Kevin Gutiérrez (préstamo por un año con chance de rescisión por objetivo el próximo 30 de junio).
Mientras que en el mercado anterior habían llegado a Arroyito otros siete jugadores: Diego Zabala (compra de pase), Lucas Gamba (compra de pase), Emanuel Brítez (compra de la mitad del pase), Ciro Rius (contrato por 3 años), Sebastián Ribas (a préstamo hasta el 30 de junio), Diego Novaretti (contrato por dos años) y Nicolás Colazo (a préstamo hasta el 30 de junio).
En la nueva política deportiva, también se buscará reducir el presupuesto de fútbol profesional y tratar de asumir el rol de club vendedor en el mercado de pases. Esos dos objetivos, si pueden cumplirse, ayudarán a reacomodar la economía del club, que quedará muy debilitada en el escenario de la post pandemia.