El acto oficial del Día de la Bandera de este jueves fue el más frío, por el tiempo y por la ausencia del tradicional desfile, desde que el gobierno nacional comenzó a exigir medidas de seguridad extremas en el Monumento en resguardo del presidente Mauricio Macri. Esta vez no hubo vallas porque el jefe del Estado eligió estar en la ciudad en otro lugar: un club de barrio de la zona sur, igualmente custodiado con rigor. El contexto frente al río Paraná, con las autoridades locales, fue austero en palabras, duración y público. Comenzó a las 8.15 con la presencia protagónica de la intendenta Mónica Fein y el gobernador Miguel Lifschitz, que izaron la celeste y blanca y cantaron el himno, pero no pronunciaron discursos. Todo llevó apenas siete minutos.
Lifschitz y Fein estuvieron acompañados por el arzobispo de Rosario, monseñor Eduardo Martín, el intendente electo d la ciudad, Pablo Javkin, y ministros del gobierno provincial.
La Municipalidad había aclarado que los actos, este 2019 electoral, prescindirían del tradicional desfile cívico militar, pero que se mantendrían sin cambio las tradicionales celebraciones populares en el mismo Parque de la Bandera y otros sitios de la ciudad. De hecho, comenzaron bien temprano.
Ninguneo nacional
No es el primer acto del 20 de Junio con problemas. Desde la asunción de Cambiemos al Ejecutivo nacional, los actos en Rosario comenzaron a enrarecerse por las exigencias de seguridad del protocolo presidencial. Las veces que vino, Macri estuvo resguardado por vallas que impidieron el libre acceso al Monumento. El año pasado, ni siquiera asistió a la ciudad. Y éste, con la cercanía de las elecciones y los indicadores económicos desbarrancados, eligió una locación más cerrada para estar: el club Ciclón. Un acto más íntimo pero no menos riguroso en custodia.
Enojo de ex combatiente de Malvinas
La austeridad en el Monumento, que la Municipalidad justificó en la voluntad de que la presencia presidencial y los discursos no restaran protagonismo a las celebraciones populares ya históricas en Rosario, causó el enojo de los ex combatientes de Malvinas, que participan en los desfiles y en esta oportunidad tenían preparada una actividad de alto contenido simbólico.
Julio Más, integrante del Centro de Ex Combatientes de Malvinas, reclamo, en ese contexto, revalorizar el Día de la Bandera. «Muchachos, por la bandera hasta perder la vida. Aunque no hagan desfile, aunque nadie se ponga los pantalones largos para que Rosario tenga su desfile, sigamos defendiendo a nuestra bandera. Los veteranos de guerra tenemos que seguir demostrando que seguimos respetando la bandera como el primer día que juramos, hasta perder la vida. Viva la Patria, viva Malvinas», dijo a sus compañeros. «Nos sacaron la mística. Estamos muy enojados con el gobierno nacional», insistieron los veteranos de Malvinas en expresar su malestar. Querían colocar una placa que trajeron del cementerio Darwin, en las islas usurpadas, con la leyenda “soldado argentino sólo conocido por Dios”. Lo dejaron para más adelante.
Asado, ballet, música y más
Lo que sí se mantuvo es el programa de celebraciones para todos los rosarinos, clásica en la ciudad y sin restricciones de participación.
Uno de los ejes más convocantes es Encuentro de Asadores a la Estaca, que organiza el Club Argentino de Asadores a la Estaca.
Desde las 7 comenzaron a prender el fuego. Medio centenar de costillares se asarán a lo largo de casi cinco horas y el resultado se ofrecerá a quienes asistan al Parque Nacional a la Bandera. Unas 100 parejas de participantes del país, más delegaciones de Brasil, Chile y Paraguay. Todo, con entrada libre y gratuita.