El territorio de la literatura infantil y juvenil tiene una fértil producción editorial y con motivo del Día de las Infancias, hay una gran cantidad de novedades que apuestan a potenciar las experiencias de lecturas de niños y niñas a través de narraciones visuales, juegos de lenguaje, poesía, recursos de lo absurdo, y el rescate de la imaginación como un código compartido entre los libros y sus lectores y lectoras.
La nueva editorial Ralenti ensanchó su catálogo con el lanzamiento de Cualquier verdura un desopilante libro de relatos breves de Nicolás Schuff ilustrado por Gabriela Burin con historias de verduras pretenciosas, dramáticas, altaneras y libres; y El rap de los gatos, un texto poético con una narración visual donde todo deviene gato, de Pedro Mairal y Pablo I.Elías, que además de libro se convirtió en pieza audiovisual disponible en Youtube.
El rap de los gatos
El rap de los gatos es un poema sobre gatos que duermen, saltan, juegan, conquistan terrenos y todo lo transforman.
“El gato –dice Mairal– es un animal polimorfo, de pronto está echado y parece una bolita de pelos, de golpe es una especie de mini tigre cazando una polilla, sigiloso. Toda esa especie de multiplicidad de los gatos me hizo pensar en que tener un gato es tener muchos: se escapan, andan por ahí, tienen una vida que uno no conoce.
Por eso el final: sólo un mismo gato dormido en el sillón”. El autor de Una noche con Sabrina Love y La uruguaya escribió este texto como una canción, no como libro: “Primero fue un poema, estaba de viaje y descubrí que en las páginas blancas de mi cuaderno mi hija me había dibujado unos gatitos.
Y me puse a escribir ahí «dos gatos locos saltando alrededor, tres gatos locos». Y lo grabé estando de viaje, con el celular, haciendo un ritmo sobre la mesa y cuando empezamos un dúo musical con Rafael Otegui, lo incluimos al final de los shows, él hacía la percusión y yo recitaba”.
“No sabía que había un libro ahí, a la editora se le ocurrió. ¿Cómo pensar esa multiplicación de la historia de gatos sin que sea redundante? Con las ilustraciones inventaron una historia donde todo se gatifica, todo se vuelve gato, hasta los muebles, la ciudad, los postes, los autos, el mundo, las constelaciones, el universo se vuelve gato”, cuenta el escritor, cuyo primer relato infantil fue El cepillo del rey, publicado en 2017.
Estimada familia
Otro libro recomendado es de Laura Wittner, traductora, editora y escritora, que publicó a través de La marca editora Estimada familia, un cuaderno de comunicaciones con notas: por bajar escalones, por golpear, por dolor de estómago o por las uñas pintadas, una ensalada de advertencias que se tornan absurdas.
“¿Qué pasa si se dicen cosas muy diversas con el mismo tono, cómo esas cosas empiezan a ridiculizarse solas a través del lenguaje. Esta fue mi intención original respecto del libro: un ejercicio lingüístico-humorístico con la institución escolar de fondo”, explica la autora.
Cuando surgió el libro, cuenta la narradora, “tenía a mis dos hijes en la escuela primaria y cumplía con el ritual de leer y firmar, leer y firmar. Me daba gracia que se usara un mismo tono para avisar de una excursión, para convocar a una reunión o para comunicarme alguna situación en particular sobre mi hijo o mi hija.
Como si el registro no pudiera flexibilizarse según la ocasión”. Así, del recuerdo de su propia experiencia como alumna y mamá, “algunas de las notas que aparecen en el libro las recibí yo.
«Su hijo se acostó en el piso en la clase de Sociales». Explicación de mi hijo: «Tal y tal estaban jugando a bajarnos los pantalones, me lo quisieron hacer y me tiré al piso para evitarlo».
La mayoría de las notas que aparecen son reales pero estetizadas: me las contaron, las leí; empecé a recopilarlas, escuché cosas desopilantes. Por supuesto en un momento empecé a inventarlas porque ésa era la gracia: llevar el recurso al extremo del absurdo”.
Los cuentos de Don Manuel. El legado
En el año dedicado a Belgrano, el historiador Felipe Pigna publicó Los cuentos de don Manuel. El legado (Planeta), un libro infantil y juvenil sobre la historia del prócer, desde su infancia, las marcas que lo comprometieron con su tiempo o su participación durante el período revolucionario.
“Me pareció importante acercarles al pionero que pensó tanto en la infancia, en la educación, en la igualdad de género, al promotor de la industria y a nuestro primer ecologista que proponía plantar tres árboles por cada talado, cuidar los ríos y la naturaleza en general”, cuenta el historiador.
Con la imaginación y la cadencia de una voz literaria pero sin perder la rigurosidad que impone el relato histórico, Pigna explica que ese ejercicio “exige un equilibrio entre producir un texto ameno y divertido que a la vez no caiga en reduccionismos ni simplificaciones.
Justamente porque se trata de un púbico inteligente que está en una etapa evolutiva donde la autorreferencia es muy importante, tiene que sentir que lo que se narra tiene que ver con él, que lo involucra de alguna manera”.
El Manuel Belgrano que muestra este libro es divertido, confidente, maneja el suspenso, es crítico y sensible: “Por haberlo sufrido en mi infancia, me sitúo lo más lejos posible de aquellos relatos de héroes perfectos, ajenos a lo humano, que hacen tan difícil, casi imposible la empatía y la ejemplaridad.
Belgrano es una persona profundamente humana, con sus victorias y sus derrotas, un incomprendido, pero un ser con unas convicciones y una fuerza de voluntad dignas de tener en cuenta”.
¿Dónde está el niño?
Para la primera infancia de lectores, Grupo Editorial Norma sacó en su clásica colección Buenas Noches ¿Dónde está el niño?, del escritor cubano Sergio Andricaín y la ilustradora Ximena García.
Es un libro sobre saberse buscado y querido porque su protagonista, Jorgito, un pequeño hipopótamo, se esconde en distintos rincones de la casa; su familia le sigue el juego, lo busca y de a poco se van encontrando.
“Cuando escribo para niños, me remonto a mi infancia y a los recuerdos que tengo de esta etapa de la vida en la que fui muy feliz –cuenta Andricaín–.
Me gustaba esconderme como Jorgito. Todos en casa sabían en qué rincones podrían hallarme, pero fingían no verme. Me sentía en esos momentos invisible y, a la vez, buscado y querido. A lo largo de mi vida he visto muchos niños que repiten el mismo juego.
Creo que esto es así porque mediante él, los chicos ratifican su independencia y al mismo tiempo buscan corroborar el amor de sus familiares más cercanos”.
Como explica su autor –que además es cocreador de la Fundación Cuatrogatos, que trabaja en el fomento de la lectura para niños y jóvenes de la comunidad hispanohablante– “la lectura de cuentos y poemas en la primera infancia puede contribuir a establecer fuertes lazos afectivos y comunicativos entre adultos y niños y, sobre todo, entre padres e hijos”.